Los vecinos del bloque desalojado de la calle Major no podrán volver por ahora a los pisos

La decena de vecinos desalojados el pasado jueves del número 33 de la calle Major no podrán volver por ahora al edificio después de que la Paeria haya detectado deficiencias en la estructura e instado al propietario a subsanarlas. De momento, están en un hotel pagado por la propiedad, pero esta advirtió ayer que “el lunes pediremos a los servicios sociales que se hagan cargo de ellos” y que las mejoras que pide la Paeria “son económicamente inviables”.

El teniente de alcalde de Urbanismo, Toni Postius, dijo ayer que la Paeria ordenó el desalojo indefinido “por prudencia”, pero que el edificio “no está para caerse”. Detalló que “hace un año hicimos un análisis del inmueble y se detectaron varias anomalías estructurales que la propiedad reparó”. No obstante, el pasado sábado “los vecinos avisaron que se oían ruidos y las grietas que había se ensancharon y surgieron otras nuevas”, pero los técnicos concluyeron que no había peligro. Postius añadió que el jueves sí ordenaron el desalojo “porque las grietas se habían ensanchado más”. Los dos comercios ubicados en los bajos, en la calle Major y Blondel, también fueron cerrados, pero ayer por la tarde se les permitió reabrir.

Los desalojados piden una solución porque “el lunes echarán a la calle a una familia con dos niños”

Por su parte, un portavoz de la propietaria del edificio dijo que “si realmente el edificio está tan mal, se debería haber precintado la calle Major”, y detalló que “el coste de las actuaciones que pide la Paeria son de, como mínimo, 300.000 euros, algo inasumible”. Afirmó que el bloque pasó la inspección técnica hace tres años y acusó a los servicios sociales de “lavarse las manos”. Añadió que, si no hay más remedio, “se declarará el estado de ruina”. Uno de los vecinos desalojados, Albert Torruella, explicó que “el edificio hacía tiempo que tenía grietas y deficiencias estructurales” y pidió una solución para cuando abandonen el hotel. “Hay familias con hijos que se quedarán en la calle, es una vergüenza”.