JUSTICIA ORDENANZA
Reclaman 1.800 € a un payés por el ruido de su espantapájaros acústico
Llega a juicio la denuncia de unos residentes de l’Horta contra su vecino || Este lamenta que “se ataque” la agricultura ecológica y dice que solo lo usa 5 meses
La demanda civil que unos residentes en l’Horta interpusieron el pasado mes de julio contra su vecino, que es agricultor, por el supuesto mal uso de un espantapájaros acústico llegó ayer a juicio. Los denunciantes afirman que el hecho de tener a 60 metros de su vivienda este aparato, que provoca explosiones para ahuyentar a los animales que dañan las cosechas, les causa “episodios de estrés e insomnio” y piden que se regule su uso.
La vista se celebró en el juzgado de primera instancia 4 de Lleida y los denunciantes reclaman 1.800 euros de indemnización al payés, que coloque el aparato a 230 metros de distancia, y que este no suene en un intervalo menor de 25 minutos. Sin embargo, el agricultor, Agustí Barri y socio de Asaja, señaló que “es imposible que ponga el petador a esta distancia porque debería estar a la finca de otro vecino”. Barri expuso que “este aparato es 100% ecológico, ya que si tuviera que usar repelentes o hacer batidas dañaría la flora y la fauna”, y defendió que “solo lo uso entre cuatro y cinco meses anuales, entre primavera y verano, y durante las horas de sol con intervalo de entre uno y 45 minutos para sonar”.
Barri también aseguró que “solo se han quejado estos vecinos porque les molesta mi trabajo. Nadie me había dicho nunca nada sobre ello”. Explicó que el juicio quedó visto para sentencia “a la espera de que la Paeria envíe al juez el expediente urbanístico de la vivienda de los denunciantes, ya que creemos que es irregular y quizá les afecta en cómo les llega el sonido del aparato”. Por su parte, el presidente de Asaja, Pere Roqué, que declaró a favor de su compañero, afirmó que “judicializar la agricultura es lo peor que puede pasar” y dijo que “esperamos que la justicia demuestre que no hay nada denunciable por producir alimentos de primera calidad como se exige en todos los mercados con los que trabajamos”, por lo que aseguró que “sufrimos mobbing agrario”.