SUCESOS BALANCE
Las denuncias por estafas se disparan con más de 2.660 casos en diez meses en Lleida
Las investigaciones por fraudes se han multiplicado por siete en los últimos ocho años || Casi nueve de cada diez se cometen a través de internet y ya suponen el 20% de los delitos contra el patrimonio
Las estafas se han convertido en un nuevo campo de batalla para las fuerzas y cuerpos de seguridad. Sobre todo, porque la inmensa mayoría de ellas han encontrado el escenario (casi) perfecto para llevar a cabo su engaño como es internet. Los Mossos d’Esquadra registraron hasta el mes de octubre del año pasado (último dato disponible) un total de 2.661 denuncias por estafas en las comarcas de Ponent, lo que supone una media de seis casos al día, que no son todos los que se producen porque todavía hay víctimas que no lo denuncian. Las investigaciones policiales han aumentado un 5% respecto a los mismos meses de 2018 y se han disparado de forma espectacular en los últimos ocho años. De hecho, las estafas ya representan el 20% del total de delitos del patrimonio, lo que supone dos puntos más que en 2018. Asimismo, desde 2011, las denuncias por timos se han multiplicado por siete en la provincia de Lleida, ya que en aquel año solo se denunciaron 405 casos frente a los 2.661 de 2019, a falta de contabilizar dos meses más.
Entretanto, las causas judiciales por estafas también han experimentado un incremento en los últimos años en los tribunales leridanos. Según la Memoria de la Fiscalía, en 2018 se instruyeron un total de 624 diligencias previas por este tipo de delito, un 30% más que el año posterior. Además, del total de delitos informáticos que llegaron a los juzgados leridanos, con 126 causas, el 72% fueron por estafas, con 91 denuncias penales frente a las 67 del ejercicio anterior.
La tipología de estafas es muy diversa, aunque ganan terreno a grandes zancadas las cometidas por internet. De hecho, los Mossos d’Esquadra señalan que el 86% de las denuncias en la provincia de Lleida en el último año se han producido a través de la red. Los investigadores alertan de que los estafadores, también los virtuales, se valen de la “ingeniería social” para captar a sus víctimas con la finalidad de conseguir información personal y sensible para obtener un beneficio económico. Los ataques informáticos a empresas, la compra online y la sextorsión son los principales casos, aunque también hay un repunte de las campañas de envío de correos electrónicos fraudulentos para lograr datos bancarios. No hay que olvidar estafas más “clásicas” como el “falso amigo”, los falsos revisores del gas o el “tocomocho”.