SANIDAD INFORME
La precariedad laboral en los geriátricos afecta a la salud de personal y ancianos
Un estudio de Enfermería de la UdL constata que la situación es peor en los privados
Un estudio obra de ocho profesores de la facultad de Enfermería de la UdL constata que el personal de las residencias geriátricas sufre una precariedad laboral que afecta a su propia salud y también a la atención que reciben los usuarios. El trabajo se basa en los resultados de una encuesta de 156 auxiliares de enfermería y 53 enfermeras de 19 geriátricos.
La precariedad laboral en las residencias geriátricas es tal que afecta a la salud de los trabajadores y a la atención a los ancianos. Así lo constata el avance de un estudio elaborado por los profesores de Enfermería de la Universitat de Lleida (UdL) Ana Mari Fité, Montserrat Gea, Álvaro Alconada, José Tomás, Joan Blanco, Eva Barallat, Judith Roca y Carles Muntaner, que ha sido publicados en un artículo en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health.
Los autores de este trabajo han encuestado a 53 enfermeras y 183 auxiliares de enfermería de 19 geriátricos públicos, públicos con gestión privada y privados de Lleida y Catalunya, con un cuestionario que mide la escala de precariedad laboral. Los resultados indican que el nivel de precariedad es más elevado en lo que se refiere al salario, temporalidad y vulnerabilidad, y menor en desempoderamiento, derechos y ejercicio de los derechos. Asimismo, es mayor en los geriátricos de gestión privada que en los públicos. Por eso, el artículo apunta que este aspecto cuestiona la privatización de este tipo de servicios al subordinar las condiciones de los trabajadores y la atención que prestan a la lógica del mercado.
CCOO critica que la Generalitat no invierta en un convenio para dignificar el sector
Una de las autoras del trabajo, Montserrat Gea, señaló que las diferencias de las condiciones laborales de auxiliares y enfermeras de este sector con las de los hospitales o los centros de Primaria “son brutales”. “Los sueldos pueden ser la mitad”, subrayó, y añadió que “los contratos en las residencias son absolutamente discriminatorios” para la misma categoría laboral. Gea consideró que la solución pasa por aumentar el presupuesto destinado a este sector, e incidió en que el estudio demuestra que las condiciones en las residencias privadas o de gestión privada son peores que en las públicas, cuando en Catalunya “el modelo es que hay muchas privadas y muy pocas públicas”. Gea indicó que los usuarios de los geriátricos son personas muy mayores que sufren un deterioro físico y/o cognitivo que hace necesario más tiempo de atención del personal, pero que sucede lo contrario.
“Poca gente quiere trabajar de esto por los sueldos y la presión” “Si trabajas en una residencia tienes menos reconocimientos que si estás en un hospital, cuando tienes más responsabilidad y presión”. Así lo afirma una enfermera que trabaja en un geriátrico, que asegura que tiene otro trabajo en el sector sanitario para complementar su sueldo y explica que por las tardes tiene a su cargo a entre 100 y 120 ancianos. “Tienes que hacer de enfermera, psicóloga y hasta medio de médico. Los residentes necesitan cuidados especiales y te sientes impotente cuando ves que no llegas”, relata. Subraya que “poca gente quiere hacer este trabajo” por lo sueldos y la presión. “Hay una rotación de personal brutal y eso lo sufren los residentes”, incide. Una auxiliar de geriatría de un centro de la capital también denuncia la presión que sufren, y añade que no se sienten apoyados por la dirección. Señaló que falta personal para atender correctamente a los residentes y que no cobran las horas extras ni les son compensadas de otro modo. “Y no te puedes quejar. Cada día estoy más desencantada”, remarca. Una portavoz de CCOO, Helena Motos, destaca que los geriátricos se rigen por un convenio estatal, y que reclaman a la Generalitat uno en Catalunya para “dignificar el sector y para que no haya fuga de profesionales, pero dice que no hay dinero”. Ve un contrasentido no apostar por mejorar las condiciones laborales de los geriátricos cuando cada año hay más demanda al aumentar el número de mayores y dependientes. “Suerte de las personas venidas de fuera porque, si no, muchas residencias no encontrarían personal”, afirma. Apuntó que un 90% de las trabajadoras son mujeres y añadió que los sueldos de un geriátrico estrictamente público son un 30% superiores a los públicos con gestión privada. Además, criticó que en algunas residencias se asigne a auxiliares tareas propias de enfermeras.