UNIVERSIDAD ESCUELA POLITÉCNICA SUPERIOR
Dispositivo de bajo coste de la UdL para controlar el cursor con los ojos
Se conecta con un USB convencional sin necesidad de instalar un software específico
La Escuela Politécnica Superior (EPS) de la Universitat de Lleida ha diseñado un dispositivo de bajo coste que se coloca en la cabeza, a modo de diadema, y permite a las personas discapacitadas controlar el cursor del ordenador con el movimiento de los ojos, sin necesidad de instalar ningún programa específico en el ordenador. Está inspirado en el HeadMouse creado también por la UdL, que sí requiere de un software específico y solo funciona para Windows. En cambio, el nuevo dispositivo, denominado Relative Eye Movement, se conecta automáticamente con un USB convencional y el ordenador lo detecta como su fuera un ratón ‘normal’. Usa un protocolo denominado Human Interface Device, y funciona con todos los sistemas operativos (Windows, Linux, Apple, Android para móviles y tablets e IOS). La base del dispositivo es el mismo sensor óptico que usan los ratones, que como se fabrica a millones garantiza un bajo coste, y que funciona como una pequeña cámara que, con el programa desarrollado por los investigadores, detecta la pupila del ojo, la sigue y convierte los movimientos en acciones del cursor en la pantalla. La carcasa está fabricada con una impresora 3D industrial.
Esta creación es el resultado de un trabajo científico efectuado gracias a la cátedra de Accesibilidad en las TIC-Indra-Fundación Adecco por Marcel Tresanchez, Tomàs Pallejà y Jordi Palacín, y recientemente la revista Journal of Sensors, puntera en el campo del desarrollo de sensores de todo tipo, ha publicado un artículo sobre esta investigación. La revista es de acceso abierto, de modo que el trabajo está accesible para investigadores, estudiantes y empresas de todo el mundo.
El dispositivo está acabado desde el punto de vista técnico, pero el Laboratorio de Robótica de la EPS no dispone de financiación para seguir trabajando en él, puesto que la cátedra finalizó en 2018. Solo faltarían pequeños retoques para que fuera comercial y estiman que podría tener un coste inferior a los treinta euros.