LLEIDA
La Llotja, diez años después
El palacio de congresos celebra este aniversario tras haber recibido a casi un millón de personas
Casi un millón de personas han pasado por la Llotja, el palacio de congresos y teatro municipal durante sus diez primeros diez años, que cumplirá el martes. A pesar de ello, representantes del mundo cultural y el propio gobierno municipal coinciden en señalar que sigue siendo desconocida para una parte de la ciudadanía.
Impresionante fue uno de los adjetivos más utilizados por los asistentes cuando el 21 de enero de 2010 el teatro de la Llotja levantó el telón por primera vez. La ópera de Verdi Il Trovatore fue el espectáculo elegido para la inauguración de este teatro con capacidad para mil espectadores, elemento emblemático de un edificio que es también un palacio de congresos, con diversas salas para reuniones y eventos.El proyecto diseñado por el gabinete holandés Mecanoo Architects, dirigido por Francine Houben, fue el ganador de un concurso internacional celebrado en 2005. El importe por el que fueron adjudicadas las obras a finales de 2006, 31,2 millones, ya daba idea de sus dimensiones, y su coste final se acabó disparando hasta al menos unos 40 millones. Además, su coste de mantenimiento supera el millón al año, según fuentes solventes. En estos diez años han pasado por sus dependencias 950.770 personas que han asistido a 1.073 congresos y reuniones, 464 espectáculos y otros 537 actos como por ejemplo entrega de orlas, mítines o exámenes de la UOC, según la información facilitada por la Paeria.
Al hacer balance, hay un cierto consenso en señalar que el edificio es clave en la vida cultural y en el turismo de negocios en la ciudad, pero también en que su actividad sigue siendo un tanto desconocida para parte de los ciudadanos. Coinciden en ello representantes del sector cultural y el gobierno de la Paeria (ver página siguiente).
Cerdà avanza que en este mandato habrá una decena de congresos de más de 800 personas
Un ejemplo es Ramon Molins, miembro de Zum Zum Teatre, que considera que el teatro de La Llotja “es un equipamiento bestial, com muchas posibilidades y que encuentras en muy pocos lugares de Europa”, pero a la vez opina que quizás no se ha aprovechado lo suficiente por un doble motivo. Uno es que cree que “ha sufrido una estigmatización política”. El otro, que “no se ha sabido encontrar el modelo de gestión adecuado, lo que ha hecho que no haya acabado de ser el teatro municipal”. Molins apuesta por una gestión “que haga que la ciudad lo disfrute, con una programación para un público muy diverso”. Recuerda que durante buena parte de estos 10 años ha estado en manos de una empresa que “apostó por la oferta comercial”. Esta firma era La Traca, uno de cuyos responsables, Toni Cabero, valora que la Llotja “ha marcado un antes y un después, porque la mayoría de las actuaciones y espectáculos que ha acogido no hubieran venido a Lleida sin ella”. “Con la Llotja, Lleida hizo lo que no nos pensábamos que se podría hacer”, subraya. Ahora bien, admite que “quizás nos queda un poco la asignatura pendiente de los leridanos se la hagan suya”. Llorenç Corbella tomó el relevo de La Traca tras ser nombrado director de artes escénicas de la Paeria hace tres años. Cesado hace unos días por el nuevo gobierno, afirma que intentó “hacer una programación atractiva para un público diverso y la respuesta ha sido buena, pero veníamos de dinámicas muy diferentes que no se cambian en este tiempo”. Sostiene que “hemos primado la calidad y bajado los precios de los espectáculos”, pero también indica que “la ciudad no se ha hecho suya la Llotja”. Al respecto cree que una de las razones es su indefinición. “Mucha gente no sabe si es un teatro o un palacio de congresos, ni siquiera tiene un cartel en el exterior, ni ninguno en su interior con la programación teatral”, dice.
El máximo impulsor de la construcción de este equipamiento, del que está “especialmente satisfecho”, fue el entonces alcalde Àngel Ros, actual embajador de España en Andorra. Subraya que “es una infraestructura fundamental porque es un elemento de capitalidad, dentro de la estrategia para que Lleida pasara de ser una gran ciudad a una ciudad capital”. “Con él jugamos en la Liga de los grandes equipamientos de artes escénicas y congresos”, argumenta. Además, insiste en que aunque su coste fue muy alto, “a los ciudadanos no les costó nada”, recordando que se financió con la venta del solar anexo a una inmobiliaria participada por Caixa Catalunya por 49 millones de euros. “Obras como esta, el cubrimiento de vías, el puente de Príncep de Viana o el parque de Gardeny generan capitalidad”, concluye. En cambio, el economista Ramon Morell es muy crítico. “Es un vestido de una talla muy superior a la que la ciudad necesita y genera un gran coste de mantenimiento”, opina.
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Potenciar al máximo la celebración de congresos y establecer todas las sinergias posibles con Fira de Lleida. Este es el principal objetivo del presidente del Centre de Negocis y Convencions (CNC) -ente municipal titular de la Llotja- y teniente de alcalde de Promoción Económica, Paco Cerdà. “De momento, tenemos encaminada la celebración de diez grandes congresos de más de 800 personas en este mandato”, destacó Cerdà. También insistió en que quiere “acercar la Llotja a la ciudad para que se la haga suya y disfrute de ella, tiene que ser un espacio de uso para los vecinos”. “Estoy convencido de que tendrá un papel importante dentro del plan estratégico de promoción económica de la ciudad que elaboraremos, la idea es que pueda acoger cualquier iniciativa que haya en la ciudad”, indicó. Cerdà eludió entrar en el debate sobre los costes de mantenimiento de este edificio, que generaron pérdidas a las dos empresas privadas que lo han gestionado, hasta que la segunda acabó renunciando a la concesión y la gestión pasó a ser directamente municipal hace algo más de dos años. “No hace falta abrir un debate, lo que sí hay que hacer es darle la máxima rentabilidad posible”, afirmó, y añadió que “no juzgaré el trabajo que se ha hecho hasta ahora, lo que debemos hacer es mejorarlo”, concluyó.
Por su parte, el teniente de alcalde responsable de Cultura, Jaume Rutllant, señaló que impulsarán un cambio de modelo global en el ámbito de las “artes en vivo”, que incluye el teatro de la Llotja, el Auditori y el Escorxador. Consideró que Llorenç Corbella, recientemente cesado como director de artes escénicas, “ha hecho una buena labor de programación”, pero que “nosotros queremos cambiar el modelo de gestión y programación”. Explicó que el cambio estará basado en el análisis de los modelos existentes en otras ciudades y el trabajo interno con los técnicos del departamento. Como Cerdà, subrayó que “queremos que la gente vea a la Llotja como un equipamiento cultural de la ciudad y lo haga suyo”, apuntando que ahora hay ciudadanos que no conocen su vertiente cultural. Aunque eludió pronunciarse sobre el nuevo modelo, dejó entrever que este pasará por una mayor participación ciudadana. “En la mayoría de ciudades, la tendencia no es a aumentar el número de espectáculos programados, sino a dar un uso ciudadano a los espacios culturales”, manifestó.