“Gracias a toda la ciudad por su apoyo”

Maestros, padres y madres, estudiantes, exdocentes y exalumnos del colegio Cervantes del Barri Antic celebraron ayer que Educación finalmente no cierre el centro progresivamente, comenzando por P-3, tal como había comunicado a los profesores en un principio. La concentración prevista ante el edificio de la escuela de la calle Cavallers se transformó al final en un aperitivo de agradecimiento “a toda la ciudad”, con brindis con cava (y refrescos) incluido, además de abrazos y aplausos. “Ha sido un alud de apoyos. Maestros, sindicatos, padres, madres, prensa, asociciaciones y entidades del barrio. No nos lo esperábamos. Hemos visto que la gente nos aprecia y que realmente ama a la escuela Cervantes”, indicó el director, Carles Lleixa. Asimismo, remarcó que espera “que podamos encontrar vías de continuidad”, en referencia a la constitución de la mesa de diálogo que anunciaron Educación y la Paeria para tomar medidas que ayuden a revertir la segregación actual del centro.

Por su parte, el presidente de la asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPA) del centro, Óscar Hernández, dio también “muchas gracias a todos por ayudarnos a seguir adelante” y varias de las madres que asistieron a la celebración aseguraron estar “muy contentas con este colegio”.

Jaume Añé, portavoz del sindicato USTEC-STEs, defendió que el Cervantes es “un centro fundamental para el barrio y la ciudad” y destacó su “función social”. “El combate contra la segregación de ninguna manera se hace cerrando escuelas públicas, sino implantando medidas contempladas en el pacto contra la segregación”, subrayó. En el mismo sentido, Pere Sánchez, de CCOO, señaló que el cierre del centro “dejaba en muy mal lugar a Educación respecto a ese pacto”.

La junta de personal docente reclamó “una apuesta dedidida por dignificar la escuela como espacio de aprendizaje porque todos los niños tienen derecho a una educación de calidad y en igualdad de condiciones”. Además, destacó que el propio claustro de docentes plantea ampliar el edificio del Canyeret donde ahora van los alumnos de educación Infantil para trasladar allí todo el centro e incidió en que cerrarlo comportaría “trasladar el problema a otro sitio”.