SANIDAD DENUNCIAS
Dos leridanos piden 3,5 millones por supuestas negligencias médicas
Uno quedó parapléjico tras un tratamiento y el otro es una mujer cuya hija nació con malformaciones || La Generalitat ve infundadas las reclamaciones y las desestima
Exterior del edificio principal del hospital Arnau.
Dos pacientes de Lleida han presentado sendas reclamaciones ante el Institut Català de la Salut (ICS) en las que piden un importe global de 3,5 millones de euros en concepto de indemnización por supuestas negligencias médicas. Una ha sido presentada por un hombre que reclama dos millones después de haber quedado parapléjico tras recibir tratamiento por un linfoma cutáneo con afectación al páncreas y a los ganglios. La otra es de una mujer que solicita 1,5 millones porque culpa a un mal seguimiento de su embarazo en el hospital Arnau del hecho de que los médicos no detectaran las enfermedades congénitas que su hija presentó al nacer (miopatía miotubular, que afecta a los músculos, y ventriculomegalia en un ventrículo).
En ambos casos, el departamento de Salud denegará con toda seguridad sus pretensiones después de que la Comisión Jurídica Asesora de la Generalirat, organismo al que solicitó un dictamen, haya concluido que deben desestimarse. Tan solo admite que hay que indemnizar con 18.000 euros al primer paciente por “daños morales” no porque hubiera alguna negligencia médica, sino porque considera que no se tramitó de forma adecuada el consentimiento informado del paciente sobre los riesgos del tratamiento. El expediente sobre este caso detalla que el reclamante ya había sufrido anteriormente un linfoma cutáneo primario en 1995 y 2004, y que en octubre de 2017 se le diagnosticó un linfoma avanzado. Entonces se le aplicó un tratamiento de inmunoquimioterapia de dos ciclos que incluía “una profilaxis del sistema nervioso central con un tratamiento intratecal”, que consiste en la inyección de medicamentos en la columna lumbar. Fue a raíz de ello que quedó parapléjico, debe desplazarse en silla de ruedas y necesita ayuda para tareas cotidianas.
La Comisión Jurídica Asesora solo admite fallos en el consentimiento informado al hombre
Por lo que respecta a la mujer, fue visitada en el Arnau para el control de su embarazo desde julio de 2015 hasta febrero de 2016, cuando dio a luz por cesárea. Entonces tenía 32 años de edad. Su reclamación entiende que hubo un error de diagnóstico y que no se le hicieron todas la pruebas necesarias durante la gestación. En cambio, el dictamen entiende que el hospital practicó todas las pruebas establecidas en el protocolo de seguimiento del embarazo, incluidas las indicadas para detectar malformaciones y anomalías en el feto. En este sentido, concluye que la principal patología que padece la niña, la miopatía congénita, no puede diagnosticarse antes del nacimiento.
