Los pacientes operados en el Arnau por obesidad mórbida se triplican en una década

Las operaciones de reducción de estómago a personas con obesidad mórbida (un gran exceso de peso) en el hospital Arnau de Vilanova se han triplicado en la última década, pasando de una quincena en 2011 a una media de 45 actualmente. En estos años se han intervenido a 328 personas. Según la cirujana Maricruz de la Fuente, de la unidad de Cirugía Endocrina, Bariátrica y Metabólica del Arnau, “la obesidad va en aumento debido al estilo de vida actual, con dietas con mucho poder calórico y poco nutritivas”. De hecho, en lo que llevamos de año esta unidad ya ha operado a diez personas.

De la Fuente explicó que el perfil de paciente que intervienen tiene entre 22 y 66 años y el 60% son mujeres, ya que la menopausia favorece la obesidad, y que la mayoría sufren alguna patología añadida como diabetes, hipertensión o una alteración del colesterol. Se considera que una persona sufre obesidad mórbida si su índice de masa corporal (IMC) es de 40 o superior sin tener otra patología, de 35 o superior si la tienen o entre 30 y 35 con una gran patología metabólica.

El Arnau aplica dos técnicas: en una se convierte el estómago en un tubo y en otra se hace un ‘bypass’

“Los pacientes con sobrepeso no pasan directamente al quirófano”, afirmó la cirujana, que explicó que “primero llevan a cabo un programa alimentario, psicológico y de ejercicio físico y cuando esto no funciona se les opera, pero luego tienen que cumplir con las pautas médicas”. Dijo que “justo después de la cirugía la pérdida de peso es más fácil y durante un año hay una estabilidad”. Añadió que “a partir de entonces se puede volver a aumentar de peso debido a problemas sociales, laborales o familiares, por lo que quienes llevan una vida sana evolucionan muy bien”.

De la Fuente explicó que en el Arnau llevan a cabo dos tipos de cirugía, que tienen el objetivo de quitar más de la mitad del exceso de peso. “La técnica más utilizada en el mundo es la gastrectomía vertical, en la que se reduce el estómago dejándolo como un tubo, por lo que se consigue una saciedad precoz y obliga a comer menos cantidades y con menor frecuencia”, señaló, y manifestó que “también hacemos bypass gástrico, que a largo plazo es mucho mejor”. En este caso, además de reducir el estómago, lo que se hace es que los alimentos vayan directamente hacia el final del intestino, por lo que el cuerpo acaba absorbiendo menos comida. Aseguró que esta técnica tiene más efectos de pérdida de peso “y en ocasiones el paciente se cura de la diabetes”.