Las calles, parques y la canalización de Lleida se llenan de deportistas, paseantes y familias

Rara vez se habían visto en la ciudad de Lleida a tantos deportistas, o al menos a tantos ciudadanos ataviados para hacer deporte, como ayer a primera y última hora del día. La canalización y las principales calles de la ciudad se llenaron de chándales y pantalones cortos sin que hubiera una carrera popular u otro evento deportivo. Eran cientos de personas que, de forma individual, quisieron disfrutar del primer día en que las normas sobre confinamiento les permitían salir a hacer ejercicio. Y es que casi dos meses después del inicio de la alerta sanitaria, las ganas de hacerlo eran palpables y el ambiente era de alegría y alivio.

A las seis de la mañana se abrió la veda para que los más madrugadores empezaran a trotar. No obstante, por la mañana la franja de tiempo en la que se vieron más personas en la calle fue de 9 a 10. Por la tarde, los aplausos al personal sanitario de las ocho dieron el pistoletazo de salida del segundo turno, que se prolongó hasta las once. Hubo elasticidad en con los horarios, que no se siguieron estrictamente, pero sí una discreta presencia policial para evitar corrillos y advertir del fin del turno a los corredores sin reloj. Una veterana corredora dijo que “es fácil reconocer a los que no corren habitualmente”. Algunos lo hacían con tejanos y camisas y se hacían selfies para inmortalizar el momento. Muchos aprovecharon para quedar con los amigos, eso sí, respetando las distancias de seguridad.

Desde los balcones hubo quien puso música para animar a los corredores, como Eye of the Tiger, de la película Rocky.