ESNOTICIA
Adrià Comella «Es probable que se derive a la privada actividad aplazada»
El número dos de la conselleria de Salud, de Vilanova del Segrià, anuncia que Lleida ganará una decena de camas de UCI tras la pandemia y considera que la expansión del virus en las residencias ya está controlada
La pasada semana anunció que parte de las camas de UCI creadas durante la pandemia se mantendrán. ¿Cuántas ganará Lleida?
En Lleida teníamos 44 y han crecido hasta las 65. La idea es aumentar entre un 20% y un 25% las camas de críticos y semicríticos entre este año y el que viene. Además, el Arnau es el hospital de toda Catalunya que recibe más traslados interhospitalarios. Hay que darle una dotación más generosa en el servicio de críticos.
Así, serán unas 55 camas en total.
Sí, más o menos.
Los profesionales sanitarios se han quejado mucho de la falta de equipos de protección. ¿Cuál es la situación actual?
Está normalizada desde hace días. En Lleida y el conjunto del país tuvimos puntos de sufrimiento durante las primeras semanas. Se fueron resolviendo con compras extraordinarias, con un uso siempre seguro pero más aprovechado de los materiales o con la colaboración y donaciones de empresas y entidades, pero durante dos o tres semanas la tensión fue muy alta. Aunque teníamos capacidad y voluntad de compra, el mercado se colapsó. Tuvimos que tirar de estocks y cuando se agotaron hubo unos días de fuerte tensión. En esta epidemia todo el mundo compite por un único estock y el principal lugar de producción es China, concretamente Wuhan, donde surgió el virus. Eso hizo que las fábricas de Wuhan consumieran rápidamente sus estocks y, como también hubo confinamiento, produjeran menos, por lo que cuando comenzó la crisis en Europa los almacenes estaban casi vacíos y por cada caja había mil compradores. Hubo tensiones, pero día a día se han ido resolviendo de forma razonable, aunque no sea la óptima.
Pues el personal del Arnau sigue denunciando falta de material y los Colegios de Médicos y Enfermería de Lleida captan donaciones para comprar más.
Ahora tenemos y estamos distribuyendo material y hemos aumentado la capacidad de almacenamiento. Por tanto, puede haber alguna carencia puntual de determinadas batas o guantes en algún sitio, pero la línea de aprovisionamiento es fluida y llega material de forma continua. Este tema nos hizo sufrir, pero ahora está encarrilado, aunque pueda haber alguna carencia puntual.
¿Cuál ha sido el nivel de contagios entre el personal sanitario de Lleida?
Ha sido más o menos similar en todos los sitios, algo más de un 7%. Hospitales de un tamaño como el del Arnau están un poco por encima, y otros un poco por debajo. Es un dato comparable al de otros territorios.
Si sigue bajando la afluencia de infectados por la Covid, ¿es posible concentrarlos en el hospital Arnau o el Santa Maria y destinar el otro a recuperar la actividad ordinaria aplazada?
Es una idea no descartable, pero que no es sencilla de aplicar. Es sencillo mover a los profesionales, pero no la tecnología de un hospital al otro. Habrá un plan a nivel regional para dar respuesta a la atención generada por la Covid y la no Covid. Es verdad que si la tendencia sigue a la baja nos interesará que cuanto antes mejor uno de los dos quede prácticamente limpio, para reservar solo unos pequeños espacios para poder seguir atendiendo Covid si hay algún rebrote, pero aún es precipitado sacar conclusiones.
¿Pueden contratar más actividad con las clínicas privadas?
Analizaremos el volumen y tipo de la actividad aplazada y quizás miraremos una cierta contratación con clínicas privadas para recuperarla lo antes posible, pero hasta que esté listo el plan de recuperación no puede darse por hecho. Dicho de otra forma: como hemos hecho hasta ahora, no descartamos seguir colaborando con el sector privado para reconducir todo esto.
Así, ¿es muy probable que se derive actividad a las privadas?
Sí, es probable.
¿Sólo con L’Aliança cuando reabra o también con las otras clínicas?
Hemos de cuantificarlo bien, y en función del conjunto de actividad pendiente y de la capacidad de contratación veremos si lo podemos abrir a un centro o a más de uno, no está decidido.
Y en los hospitales públicos, ¿no será necesario reforzar al personal para recuperar la actividad?
Nos gustaría mantener a la mayoría de personas que hemos contratado ahora si es legalmente posible, porque el estado de alarma permitía, por ejemplo, contratar a estudiantes. Durante varios meses nos hará falta personal y nuestra idea es que el que haya pueda continuar.
La mortalidad en las residencias, ¿no evidencia un deficiente nivel de atención sanitaria?
Generalizar sería un error. La gente mayor es más vulnerable, y si vive en espacios compartidos como las residencias es más fácil que el virus se expanda si hay una infección. La afectación del virus a los mayores es similar al resto de la población. El 85% tienen síntomas leves y muchos se recuperan, pero en los casos más graves hay más mortalidad. Esto pasa en todo el mundo y Catalunya no es la excepción. La Atención Primaria ha apoyado de forma cada vez más intensa a las residencias. Cuando hay muertos, los resultados nunca son buenos, pero la situación está cada vez más estabilizada y controlada.
Pero en unas no ha habido contagios y en otras, como la Llar de Sant Josep, que es pública, ha habido muchos muertos.
Hay residencias no afectadas y otras que solo han tenido 4 o 5 casos, quizás porque han tenido más capacidad de habilitar circuitos diferentes para los que están infectados y los que no. Es difícil de saber. Ha habido de todo, como entre toda la gente mayor.
Salud ha asumido ahora la gestión de las residencias, que dependía de Asuntos Sociales. ¿Se mantendrá esta situación a partir de ahora?
De entrada, no hay que ver a la gente que está en residencias como enfermos, sino que no pueden vivir solos. No son enfermos, sino que son dependientes, y en muchísimos casos sí que tienen enfermedades crónicas, lo que no significa que debamos tener una presencia médica como si fuera un centro sociosanitario. Tras esta experiencia deberíamos hacer un debate tranquilo para ver cómo atendemos a las personas mayores, en residencias o fuera de ellas, porque es un colectivo que requiere muchísima atención sanitaria y social. Lograr una buena integración de ambas es uno de los grandes retos que tenemos como sociedad.
Ahora que han transcurrido dos meses desde el inicio de la pandemia, ¿puede concluirse que faltó prevención viendo lo que había pasado en China y después en Italia?
No lo sé. Nosotros comenzamos muy pronto a pedir a los centros que diseñasen planes de contingencia. Anticipamos muchas cosas. Es verdad que la conciencia por parte de todos, de la ciudadanía, las administraciones y las estructuras sanitarias se ha ido adquiriendo conforme han pasado las semanas, y ahora aún estamos en un momento de adaptación a esta nueva realidad. No solo es la primera curva del virus, sino que puede llegar otra. Esto no había pasado nunca y por mucho que tengas previsión y anticipes cosas, la realidad es extraordinariamente complicada cuando tienes delante una epidemia que crece tan rápidamente y en todo el mundo. Ojalá seamos capaces de dejar algunos elementos para el futuro, como que crezcan las camas de UCI en determinados lugares o que haya protocolos para poder producir rápidamente determinados materiales.
¿Habrá algún reconocimiento específico para los profesionales sanitarios al margen de la paga anunciada por el conseller Puigneró para los servicios sanitarios y de emergencias?
Estamos trabajando en un reconocimiento retributivo. Lo que anunció Puigneró no solo es para el sector sanitario. Ha ido en paralelo, nosotros estamos analizando a nivel sectorial un reconocimiento retributivo para todo el personal sanitario, tanto si es del ICS como si no. Creo que esta semana habrá una solución final.
¿Cree que con una gestión directa de la Generalitat, en lugar de depender del ministerio de Sanidad, Catalunya hubiera afrontado mejor la pandemia?
Creo que sí. No sé ver qué ventaja ha aportado esta integración o centralización de competencias. En cambio, ha demorado la toma de decisiones y generado debates estériles. Veo muchos inconvenientes. Por ejemplo, la centralización de la compra de material provocó más tensiones que otra cosa durante unos días.
¿Considera que la mortalidad hubiera sido menor?
No sé decirlo, no es fácil vincularlo así. Si sé que hubiéramos sido más ágiles en la toma de decisiones y que estas fueran más específicas en función de cada territorio. Es un poco lo que hemos hecho, porque la epidemia no se ha comportado igual en las Terres de l’Ebre que en el área metropolitana norte de Barcelona. A la hora de decidir y canalizar recursos priorizas abrir camas de UCI en la región sanitaria donde la afectación es mayor. Como más cerca estás del problema, más fácil es tomar estas decisiones. Y esto seguro que acaba comportando unos pocos o muchos mejores resultados en salud.