CORONAVIRUS LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA
Adicción precoz a la tecnología
El aburrimiento y la falta de alternativas de ocio durante el confinamiento pueden agravar el abuso de las pantallas entre los niños || La unidad especializada del hospital Sant Joan de Déu está estudiando rebajar la atención a partir de los ocho años al detectar problemas a esta edad
El aburrimiento y la falta de creatividad durante las semanas de confinamiento aumentan el riesgo de adicción de niños y adolescentes a las nuevas tecnologías. Así lo asegura Àlex Palau, psicólogo del Centro de Salud Mental y Juvenil (CSMIJ) del Hospital Sant Joan de Déu de Lleida, donde atienden a menores de entre 12 y 17 años que abusan de las nuevas tecnologías −fundamentalmente de videojuegos y redes sociales −, aunque están estudiando rebajar la atención a partir de los ocho años al detectar adicciones todavía más precoces. El gasto de dinero es uno de los factores que pueden agravar la situación, pues han llegado a detectar casos de niños que han gastado 6.000 euros en tres meses en complementos para juegos. Según Palau, “los padres cada vez lo tienen más difícil para competir con las ‘apps’ y los videojuegos, que detrás tienen una empresa que dedica todos sus esfuerzos a crear un plan de ocio atractivo y adictivo, que también posibilita la comunicación con amigos”. En cuanto al volumen de visitas telemáticas desde que se decretó el estado de alarma, Palau destaca que “no hemos registrado demandas de ayuda urgentes, aunque sí que hemos detectado que el confinamiento agrava el problema de las conductas adictivas, pues hay más niños que pasan más horas conectados, pierden horas de sueño o se muestran más irritables”. En este sentido, durante la paralización de la actividad en las escuelas recomienda “mantener una rutina, para que el uso de los dispositivos no interfiera en las actividades esenciales como hacer los deberes, dormir o comer”. Las tecnologías tienen que quedar relegadas a las horas de destinadas al entretenimiento, aunque “no deberían ser la única oferta de ocio”. Para fomentar juegos de mesa, manualidades u otros entretenimientos ajenos al mundo online “los niños necesitan que un mayor les acompañe, les anime y les indique lo adecuado o no de su comportamiento”.
Las señales para detectar cuándo las tecnologías han dejado de ser un entretenimiento y se han convertido en una adicción es irritabilidad cuando se les impide jugar o conectarse, fracaso escolar o pérdida de sueño, entre otras. En definitiva, “se detecta un uso abusivo cuando estas empiezan a interferir en aspectos de la vida diaria del menor, y cada vez nos encontramos con casos muy precoces de niños que, por ejemplo, no comen si no miran la tablet”.
Las pérdidas económicas pueden agravar la situación, con niños que gastan 6.000€ en 3 meses
No, aunque eso no significa que el problema esté ahí y que la reclusión lo agrave. Los padres no han hecho demandas urgentes de ayuda durante el estado de alarma porque, cuando estaba prohibido salir a la calle, comprendían que había menos ofertas de ocio y era ‘normal’ que los niños pasaran más horas conectados. Las tecnologías corren el riesgo de convertirse en ‘niñeras digitales’.
¿Qué recomienda para reducir este problema?
Además de mantener una rutina en la que las pantallas no interfieran en las actividades esenciales, hay que ofrecer alternativas de ocio en las que los padres estén presentes y acompañen al menor.
«Las tecnologías se convierten en niñeras digitales»