La mayoría de bares y restaurantes ya sirven en su interior con buena afluencia de clientes

Los bares y restaurantes de la región sanitaria de Lleida pudieron abrir ayer el interior sus locales después de más de tres semanas ofreciendo solo servicio de terraza. Una novedad que esperaban como agua de mayo y que ha permitido a muchos establecimientos volver a la actividad tras tres meses cerrados al no disponer de terrazas o no salirles rentable.

“Esperábamos con muchas ganas esta fecha y lo hemos demostrado”, dijo Natàlia Rubio, miembro de la junta de la Federación de Hostelería. “La gran mayoría de bares y restaurantes del territorio han abierto y eso siempre es bueno, porque hasta ahora solo podían hacerlo los que tenían terraza y era una reapertura desigual, pero ahora vemos que poco a poco el sector y la sociedad vamos recuperándonos”, señaló Rubio. Una apertura de interiores que también será positiva para el sector dada la meteorología de los últimos días, aseguró. “Las lluvias de la semana pasada provocaron que las terrazas no pudieran abrir si no estaban cubiertas, pero ahora los negocios podrán seguir abierta al disponer de espacio en el interior”, precisó.

“Esperábamos con muchas ganas esta fecha y lo hemos demostrado”, dijo una hostelera de la capital

No obstante, Rubio dijo que esta vuelta parcial a la actividad “nos sabe a poco tras tanto tiempo de parón, pero poco a poco iremos mejorando servicios y condiciones”.

La reapertura del interior de bares y restaurantes, siempre con un 40% de aforo, sirvió también para que algunos hosteleros se reencontraran con sus clientes tras meses de confinamiento. “Ha sido un día más emotivo que productivo, pero hemos tenido bastante clientela”, dice Jordi Panadés, del bar y restaurante La Granja, situado en la calle Doctora Castells. “He vuelto a ver a clientes que son amigos de toda la vida y eso es lo importante ahora; en lo que respecta a la afluencia, tampoco hemos tenido mucha al ser un lunes laborable, pero en los próximos días volveremos a la normalidad”, dijo Panadés. El único problema con el que este hostelero se ha encontrado en su reapertura es el no poder servir en la barra. “Tengo una barra de 13 metros que recorre toto el bar en desuso, porque así lo establece la ley, si un cliente quiere un café debe ocupar una mesa de cuatro personas y eso es un hándicap, esperemos que en las próximas fases se pueda volver a utilizar”, concluyó.

Por su parte, para Miquel Queralt, responsable del restaurante Nyam nyam de la avenida Rovira Roure, la apertura del interioe de su establecimiento tampoco supondrá un gran cambio. “La mayoría de nuestra clientela habitual se instala en las terrazas, pero lo positivo de todo esto es que al menos no dependeremos de si hace buen tiempo o no para poder abrir y al menos podremos atender a un par de clientes más, ya que tenemos buena afluencia de público estos días”, aseguró.

Por otro lado, en Mollerussa los bares y restaurantes abrieron ayer las puertas de sus negocios con nuevas medidas de seguridad. Entre ellos está el restaurante El Roser, que al no disponer de terraza ha estado cerrado hasta ayer y ya contó con la asistencia de diversos clientes. Otros establecimientos del municipio también han optado por habilitar las cartas, que se pueden consultar a través del móvil con la lectura de un código QR instalado en los accesos de los establecimientos.