Los paseos por la calle tendrán que esperar

Prácticamente ninguna residencia de ancianos de Lleida pública o privada ha dado permiso para que sus internos salgan voluntariamente a dar paseos por la calle o para que sus familias se los lleven a sus domicilios a pasar el día. Responsables de varios centros consultados ayer indicaron que, aunque se haya llegado a la fase de represa en Catalunya, todavía hay que establecer parámetros concretos para garantizar la seguridad en un sector tan sensible como este, un asunto que se abordará esta semana con Asuntos Sociales de la Generalitat. Por el momento, se mantienen los requisitos de la fase tres, en los que se permiten visitas de familiares en las instalaciones siguiendo las medidas de seguridad. Responsables de algunos centros indicaron que hay que tener claro qué hacer cuando un residente sale de paseo o de visita ya que no se puede saber con certeza si será foco de nuevos contagios o si hay que ponerlo en cuarentena cuando regrese a la residencia. “Hemos adelantado mucho para volver a situaciones críticas, por lo que para adoptar nuevos avances se tendrá que tener mucho cuidado”. Las residencias están a la espera de que la Generalitat de luz verde para permitir la salida de los mayores con responsabilidad y con la garantía de no poner en riesgo la salud de otros internos, por lo que hay que exigir una regulación más concreta, indicaron resposables de centro publicos .

Otro de los puntos que habrá que aclarar es el funcionamiento de los centros de día, por ahora cerrados. Según el alcalde de Almacelles, Josep Ibarz, “en la población tengo a 26 familias pendientes de qué solución se les da a estas instalaciones y qué reformas tenemos que adoptar para adecuar estos equipamientos para que sean seguros”. Como en Almacelles “hay un gran numero de municipios que tenemos este problema y estamos a la espera de que se nos diga como tenemos que adaptar estos espacios, explicó.

La mayoría de centros siguen los criterios de la fase 3 ante el temor de nuevos contagios

Por otra parte, la Llar Residencia Ca N’Aleix del Grup Alba en Tàrrega, que atiende a personas con especiales dificultades, empezó a recibir visitas de familias ayer tomando todas las medidas de seguridad. Antes las usuarios se veían con sus familiares en la calle durante sus paseos terapéuticos. Una de las primeras en recibir visitas en la residencia Ca N’Aleix fue Anna, que después de 105 días pudo ver a su hermano y a su madre. Desde el Grup Alba reconocieron que “todo es un poco extraño, pero esperamos que paulatinamente los protocolos en las llars vayan siendo más permisivos. Estos encuentros son muy necesarios para el estado de ánimo de las personas”.

Cabe recordar que la Federació ALLEM reclamó el pasado viernes que las personas con discapacidad intelectual o trastorno mental, que viven en llars residències tengan los mismos derechos que el resto de la población.