Más detectives sanitarios para acorralar la Covid-19

Al virus no hay que esperarlo, hay que ir a cazarlo. Una frase que utilizó el presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Jaume Padrós, y que en Catalunya no se ha escuchado. Y es que la falta de personal de vigilancia epidemiológica, los popularmente conocidos como rastreadores, ha sido una de las claves para explicar los rebrtotes en Lleida y la zona metropolitana. “Su objetivo es localizar a las personas con las que ha estado en contacto un enfermo y hallar al paciente 0. No es algo nuevo, lleva haciéndose desde hace muchos años para tratar otras enfermedades como la meningitis, la viruela o el VIH, pero la situación actual nos ha superado”. Así resume José Ángel Montañés delegado de Metges de Catalunya y médico de Urgencias del Arnau, lo que hace un rastreador. Según datos de Salud, actualmente hay 180 profesionales públicos que se encargan de esta labor en toda Catalunya. Una cantidad que los expertos han calificado de baja, mientras que el Govern les contradijo asegurando que eran suficientes. Unas declaraciones que no cuadran con el anuncio de la propia conselleria sobre la contratación de otros 500 profesionales. En Lleida, la unidad de vigilancia epidemiológica está formada por con 16 personas: 5 médicos, otros 5 diplomados en Salud, la mayoría enfermeras;dos residentes de enfermería, un técnico, un administrativo, un cargo pendiente de asignación y el jefe de servicio. Así lo aseguró la delegada de Salud, Divina Farreny, que precisó que esta semana incorporarán 5 refuerzos más: 6 estudiantes de Medicina en prácticas y, paralelamente, la unidad de salud laboral les dará apoyo con otras 5 personas. No obstante, los sanitarios consideran que esa cifra sigue siendo baja. “Harían falta como mínimo 40, ya que la recomendación es que haya una veintena por cada 100.000 habitantes”, señala Amparo Loren, enfermera y secretaria de Sanidad de CCOO. “Hacer el rastreo hubiera tenido sentido cuando empezamos la desescalada, pero ahora sería inútil”, opina Sandra Maria, presidenta de la junta de personal de Atención Primaria y del sindicato Satse, que añade que “ahora se debería preparar la estructura para el otoño”. Por su parte, Montañés concluye que “otro error ha sido que se ha hecho mucho rastreo telefónico cuando se tiene que pisar el terreno y se ha demostrado que en eso se han equivocado. Hemos llegado tarde”, concluye.

“La problemática social ha superado cualquier posible previsión” La delegada del departamento de Salud en Lleida, Divina Farreny, reconoció que “la problemática social ha superado cualquier posible previsión que hubiéramos podido tener”. Recalcó que “desde que acabó la primera oleada de contagios y el desconfinamiento hemos tenido que coordinar tanto la atención a los contagios como la vigilancia epidemiológica”. Una sobrecarga de trabajo que, entre otros aspectos, ha comportado estos rebrotes por todo el territorio. “Lo que tenemos que hacer es acorralar al virus y tenerlo todo unificado e integrado para que no vuelva a suceder un escenario así más adelante”, recalcó Farreny. Además del personal de vigilancia epidemiológica y los refuerzos, Farreny explicó que cuentan con, aproximadamente, 44 “referentes covid”. Estos se encargan “de coordinar la unidad epidemiológica con Atención Primaria y, a su vez, movilizar los recursos necesarios para garantizar el aislamiento de los contagiados”, dijo Farreny, que añadió que cada Centro de Atención Primaria (CAP) “cuenta con uno o dos de estos referentes”. Además de estas figuras, la delegada de Salud precisó que esta próxima semana “añadiremos gestores covid, que se organizarán la Atención Primaria desde un punto de vista más logístico y administrativo”.