Un confinamiento discutido y discutible

El miércoles expirará el plazo de dos semanas de confinamiento que decretó la Generalitat en Lleida ciudad y seis pueblos del Baix Segre. Una decisión discutida tanto sanitaria como jurídicamente y que vino después de decretar el confinamiento perimetral del Segrià el 4 de julio. Un anuncio que, además de generar crispación política y ciudadana, también ha suscitado dudas entre sanitarios, que han puesto reparos a su efectividad, alegando desde que era una medida demasiado restrictiva hasta el hecho de que no sería de utilidad si no se contrataba a más rastreadores y expertos en vigilancia epidemiológica. En lo que respecta a la transmisión del virus, el día en el que la Generalitat decretó el cierre perimetral del Segrià, en la provincia había 4.187 casos, 2.541 de ellos en el Segrià. Salud justificó esta decisión asegurando que la tasa de incidencia del virus era de 149,9 cada 100.000 habitantes. Días después, cuando se anunció el confinamiento de Lleida ciudad y 7 municipios del Baix Segre, había 5.609 casos en toda la provincia, 3.585 en el Segrià y 3.104 en los municipios confinados. Once días después de decretar el confinamiento, ayer se contabilizaron 7.726 casos en la provincia, 4.952 en el Segrià, por lo que desde el 4 de julio ha habido 2.411 nuevos casos, casi la misma cifra de contagios que había en la comarca el 4 de julio.

Ante el fin del plazo del confinamiento, expertos sanitarios aseguran que el cierre del Segrià no ayudó a reducir los casos y que tocará esperar para ver si el confinamiento del 15 de julio es realmente efectivo. Oriol Yuguero, médico del hospital Arnau de Vilanova que formará parte del comité de expertos para la transformación del sistema público de salud de Catalunya, considera que el confinamiento perimetral del Segrià “francamente no ayudó a reducir casos porque se vio que la gente seguía manteniendo toda al actividad dentro del perímetro”. “Falta ver si el segundo confinamiento, del que aún quedan tres días para que acabe, realmente ha sido efectivo o no”, añade. Por su parte, la presidenta del Colegio de Enfermeras, Montserat Gea, defiende la limitación de la movilidad para no colapsar el sistema sanitario, pero asegura que “mucha gente se ha marchado” igualmente, pese al confinamiento perimetral.

Entrevista a Jorge Soler, médico y diputado por Ciutadans

¿Cómo valora la situación?

Es una vergüenza. Han abandonado el Segrià a su suerte y han puesto toda la responsabilidad en las espaldas de los sanitarios.

¿Considera que se han tomado las medidas correctas?

No, porque ahora la transmisión es comunitaria, los políticos no se han dedicado a frenar los contagios, lo han descuidado hasta llegar donde estamos

¿Se podía prever el rebrote?

Solo hacía falta ver qué ocurría en la Franja y con la llegada de temporeros, que estaba claro que necesitaban más atención. No se hizo seguimiento de los nuevos casos ni se les confinó a ellos ni a sus contactos. El problema ha sido no hacer las cosas bien desde la desescalada y no aprender de los errores.

¿El confinamiento fue acertado?

Considero que el fallo fue no dar el paso previo al confinamiento, que debía ser dotar de más recursos al sistema sanitario y hacer el seguimiento de los casos. Esto es lo que le reclamábamos políticamente al departamento, mejorar el seguimiento de los positivos.

¿El rastreo de casos llega tarde?

Está claro. Yo le pedí a la consellera muchas veces que invirtiera en vigilancia epidemiológica, que no esperara porque sería demasiado tarde. Y no han hecho ni el seguimiento ni garantizado el descanso de los sanitarios, que han hecho una labor titánica. Se sabía que harían falta rastreadores y lo hemos pagado todos.

¿La región sanitaria tenía los recursos sanitarios necesarios?

No. Lo que debería haber hecho Salud es formar e invertir en el personal sanitario en lugar de destinar 18 millones de euros a una empresa para hacer el seguimiento. Han conseguido que unos pocos casos se descontrolasen. No puede ser que todavía hoy se estén buscando estudiantes para hacer de rastreadores y la consellera debería dimitir por ello.

¿Y la Atención Primaria?

Hace tiempo que la Atención Primaria está bajo mínimos y sin personal suficiente. Ahora, con una sobredemanda, se está volcando en la Covid-19 y deja de lado otras labores que hace.

Entonces suspende la gestión política de la Generalitat.

La consellera debería dimitir. Los alcalde de la zona llevaban avisando del rebrote hace semanas, había personas contagiadas en la calle, ha sido un desastre de gestión.

¿Cómo se podría haber afrontado la gestión de los temporeros?

Sabiendo que vendría gente a trabajar en la campaña de la fruta se deberían haber dado recursos asistenciales a toda esta gente para evitar rebrotes.

¿Como prevé que evolucione la pandemia a partir de otoño?

El sentido común de la epidemiología nos dice que irá a peor. Mientras no pongamos más recursos para detectar los casos ni protejamos al personal sanitario tendremos un problema mayúsculo.

Un nuevo golpe para la economía y críticas sobre su legalidad El confinamiento de Lleida y seis municipios del Baix Segre no solo tiene repercusiones sanitarias y de movilidad, sino que también es un auténtico hachazo para la economía de la comarca. La patronal Pimec asegura que el comercio tiene unas pérdidas semanales de ocho millones de euros y que el 40% de las tiendas no podrán volver a abrir tras el confinamiento. Por otro lado, la Federación de Hostelería calcula en dos millones las pérdidas diarias para el sector en la ciudad. Las patronales de Lleida han cargado contra el confinamiento y no han dudado en calificarlo de “golpe mortal” para la economía. Paralelamente, el “cierre” de estos municipios también generó dudas jurídicas, ya que la jueza de guardia de Lleida vetó la orden de la Generalitat al considerar que no se podía tomar si no se decretaba en estado de alarma.