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ENTREVISTA MUNICIPIOS ANTE LA COVID-19

«Salud ha tardado en avisar de contagios por falta de personal»

MANEL EZQUERRA | alcalde de alcarràs

«Salud ha tardado en avisar de contagios por falta de personal»

«Salud ha tardado en avisar de contagios por falta de personal»ITMAR FABREGAT

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Alcarràs acumula más de medio millar de casos de coronavirus desde el inicio de la crisis sanitaria y tiene una de las mayores tasas de contagio de Catalunya, 580 por 10.000 habitantes. Gran parte corresponde al último mes, cuando también se dio el brote con más de 80 contagiados y una fallecida en la residencia para la tercera edad. Manel Ezquerra, alcalde independiente de Sempre Alcarràs, se ha mostrado muy crítico con la actuación de la Generalitat y el consistorio ha tomado iniciativas como dotarse de sus propios rastreadores.

En julio hizo pública una carta que denunciaba “descontrol” en la gestión de la crisis sanitaria. ¿Ha habido cambios?

Se han notado esfuerzos de la Generalitat, como la incorporación en los CAP de las figuras del referente y del gestor Covid, que criban casos y rastrean contactos de los contagiados. Sin embargo, persiste la sensación de que todavía no tenemos una estructura suficiente para hacer frente a los nuevos brotes. En política existe el mal vicio de afirmar que todo está controlado, incluso cuando no lo está.

El ayuntamiento ofreció a la Generalitat la colaboración de diez personas. ¿Fue aceptada?

Desde que abrimos el albergue para alojar en habitaciones individuales a contagiados y sus contactos estrechos con la colaboración del CAP, empezamos a hacer seguimiento de casos y acabamos reuniendo a una decena de personas. Ante un contagiado, podemos verificar si su dirección consta en la lista de pisos donde, el año antes, había sobreocupación. También tenemos un intérprete marroquí y otro senegalés para facilitar la comunicación con estos colectivos. Sin embargo, la burocracia limita nuestra capacidad de actuar: se preservan los datos personales, cuando en mitad de una pandemia se debería velar por la seguridad de las personas.

Ha mencionado que sigue faltando estructura.

Ya no es solo que falten sanitarios, rastreadores o mediadores. También falta personal para tareas administrativas, como comunicar resultados de tests.

¿Es eso una cuestión urgente?

Los resultados de un test PCR están disponibles en tres días, pero a veces los recibimos al cabo de seis. Esto es importante, porque son tres días adicionales en los que un contagiado puede transmitir el virus en lugar de estar confinado. Nos dimos cuenta al recibir las altas de confinados en el albergue: personas que acababan de llegar debían irse en solo tres días, cuando el protocolo fija un confinamiento de diez desde la fecha del test. Averiguamos que estas estancias tan cortas se debían a que los resultados llegaban tarde.

¿Hasta qué punto hay colaboración e intercambio de información entre Salud y un consistorio, en este caso el de Alcarràs?

Nos pasan datos de afectados cuando el cribaje de casos determina que hay una situación de problemática social. Esto es porque tenemos competencias en servicios sociales. A veces nos enteramos por terceras personas de casos en los que no hemos llevado a los afectados al albergue, porque Salud no ha apreciado problemática social. Sin embargo, hay personas con trabajo, salario y vivienda que no tienen espacio suficiente para hacer un confinamiento adecuado, mientras que nosotros tenemos el albergue infrautilizado. Podríamos hacer más.

¿Hay algo que el ayuntamiento pueda hacer ante el brote de contagios en la residencia geriátrica?

Nos hemos puesto a su disposición para cualquier cosa en la que podamos ayudar. Es un centro privado, pero es la residencia de Alcarràs, muchos tienen allí a familiares. Es el brote que más nos preocupa. Afecta a los más vulnerables al virus.

Tras dos semanas de peticiones al Estado y la Generalitat, esta última hizo una desinfección. Lo atribuyó usted a discrepancias políticas entre administraciones.

Ha habido lagunas en la gestión, algo normal en una situación compleja como esta; pero también hay un pulso político entre Estado y Generalitat. Esta rechazó ayuda y, al final, contrató a una empresa en lugar de autorizar a una unidad del Ejército que todos pagamos con nuestros impuestos. También creo que hubo política al no actuar como Aragón y devolver a Saidí y a otros municipios de la Franja a la fase dos de desconfinamiento.

¿Hubiera preferido usted ese modo de actuar para el Segrià?

La fase dos era menos restrictiva que el confinamiento que nos han aplicado y la gente recordaba qué podía hacer y qué no. Aragón la implantó de inmediato al conocer los primeros brotes y la alzó en dos semanas, mientras que en Catalunya tardaron más y los brotes se extendieron. Quisieron actuar de un modo distinto cuando en realidad no hacía falta inventar nada nuevo y perdieron rapidez para cortar las cadenas de contagios.

La propagación de la Covid se ha vinculado a la campaña de la fruta y a la afluencia de temporeros.

Se ha criminalizado a los temporeros y se ha estigmatizado a los agricultores, que desde hace años tienen alojamientos en condiciones para sus empleados: las personas que duermen en las calles de Lleida no tienen papeles y no es posible contratarlos. Si algún payés no cumple las normas debe ser perseguido, pero estoy convencido de que son pocos. Cuando acabe la campaña de la fruta, habrá que buscar el modo de restaurar la imagen del sector.

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