El Arnau cerrará la próxima semana una planta de pacientes de Covid

La presión en el Arnau de Vilanova se ha reducido y está previsto cerrar una de las tres plantas destinadas a enfermos de coronavirus la próxima semana. El coordinador de la unidad Covid del hospital, José Luis Morales, afirmó que actualmente el número de ingresados ya solo llenaría dos plantas (56 camas), de modo que si el fin de semana la situación sigue así el lunes podrán dejar ya la tercera en reserva. El doctor Morales indicó que la previsión es cerrar también la planta Covid del hospital Santa Maria cuando sea posible, para dejar solo operativas para contagiados las dos del Arnau. El plan de contingencia para el otoño-invierno prevé reactivarlas si es necesario. En cambio, alertó de que la presión sí continúa en la UCI, porque las estancias son más largas que en planta. Destacó también que han aumentado los ingresos procedentes de residencias y han disminuido los relacionados con la campaña de la fruta.

Por otra parte, el Procicat no adoptó ayer ninguna nueva decisión respecto a la prohibición de servir en el interior de los locales hosteleros de Lleida, Alcarràs, Aitona, Soses, Seròs, Torres de Segre y La Granja d’Escarp. Solo se trasladaron las peticiones de los alcaldes a Salud “para su análisis y consideración”, confirmó el delegado de la Generalitat, Ramon Farré. Asimismo, la Paeria mantiene este fin de semana la peatonalización de una quincena de calles para facilitar la instalación de terrazas de bares y restaurantes.

“¿Cómo se explica tanta mortalidad en España?

Veinte científicos españoles, entre ellos Montserrat Gea (investigadora del IRBLleida y presidente del Colegio de Enfermeras) reclaman una evaluación independiente por parte de expertos internacionales y nacionales sobre la gestión de coronavirus en España. En una carta publicada en la revista Lancet, se preguntan cómo es posible que España, “con uno de los sistemas de salud con mejor desempeño del mundo” sea uno de los países con más afectación del coronavirus, con “300.000 casos y 28.000 muertes, más de 50.000 trabajadores de la salud infectados y casi 20.000 muertes en residencias de ancianos”. Creen que la evaluación no debe servir para “distribuir la culpa”, pero apuntan “una falta de preparación para una pandemia”, con sistemas de vigilancia débiles, baja capacidad para hacer PCR y escasez de equipos de protección personal y de cuidados críticos. Ven “una reacción tardía de las autoridades, procesos lentos de toma de decisiones y altos niveles de movilidad y migración”.