URBANISMO ENTIDADES
Arrancan las obras de la sede del Colegio de Médicos en Rovira Roure
Con la retirada de la uralita del edificio que albergaba un restaurante, que será demolido || Habilitarán un vial entre la calle Màrius Torres y la avenida
Las obras para la nueva sede del Colegio de Médicos de Lleida, en la avenida Alcalde Rovira Roure 41, ya han comenzado, dos años y medio después de que la entidad comprara la finca de 1.306,60 m² que albergaba el restaurante Lola, cerrado desde hace meses. De este modo, la nueva sede estará más cerca de los hospitales Arnau de Vilanova y Santa Maria, donde trabajan un buen número de colegiados, así como de la facultad de Medicina. Los trabajos han empezado con la retirada de uralita del edificio, que será derribado.
Además de albergar la sede del Colegio de Médicos, el inmueble contará con una residencia de Médicos Internos Residentes (MIR) y otros facultativos vinculados al sistema universitario, ordenando la volumetría y las fachadas para garantizar la integración al entorno en el que se ubica. Simultáneamente, se urbanizará un vial entre Rovira Roure y la calle Màrius Torres.
El proyecto contempla unos espacios destinados a recepción y atención a los colegiados, despachos para los diferentes departamentos, sala de juntas, salas de formación y presentaciones, servicios, zona de estar para el personal, zona social y de cafetería, espacio polivalente y de prácticas guiadas, accesos y espacios de archivo, además de aparcamiento de vehículos.
La comisión de Urbanismo de la Paeria acordó el 22 de julio la aprobación inicial del plan, que salió a información pública junto con el documento técnico durante el plazo de un mes. Transcurrido el mismo, se procederá a la aprobación provisional por parte de la Paeria y, posteriormente, se remitirá el expediente a la Comisión Territorial de Urbanismo para su aprobación definitiva.
El inicio de estas obras ha generado las quejas de algunos vecinos, sobre todo relacionadas con la extracción de la uralita. “Ayer había dos operarios que a golpe de martillo rompían tablas de amianto, con el peligro medioambiental y de salud que supone, además tendiendo en cuenta que la zona está rodeada de viviendas”, explicaron y añadieron que solicitaron la intervención de la Guardia Urbana, quien afirmó que la empresa contaba con todos los permisos. “Al parecer, los trabajadores dijeron a la policía que antes de romper las placas colocaron un líquido protector, pero los agentes nos reconocieron que no vieron el bote de este supuesto líquido”, manifestaron.