Alertan de la llegada de organizaciones criminales a Lleida para cultivar marihuana

La marihuana se ha convertido en un nuevo filón para los traficantes de droga. Su cultivo está al alza porque permite obtener grandes beneficios económicos y la penalidad no es tan grave como el de otras sustancias como puede ser la cocaína. Los Mossos d’Esquadra alertan de la llegada a las comarcas de Lleida y a otros puntos de Catalunya de grupos criminales especializados en su cultivo, principalmente en la modalidad indoor en interiores de almacenes y casas. “Crean auténticos laboratorios que permiten hasta cinco cosechas al año con plantas más potentes”, explica Sergi Mesalles, jefe de la Unidad Territorial de Investigación (UTI) de los Mossos en Lleida, que añade que “se trata de organizaciones formadas por diferentes grupos que cuentan con personas que se dedican a localizar los inmuebles para ubicar las plantaciones, electricistas que hacen el montaje, ‘jardineros’ que cultivan la marihuana y los responsables de la logística, transporte y el destino final”. Mesalles cita como ejemplo la organización desarticulada en 2017 en Ponent y que contaba con doce personas de origen vietnamita que eran especialistas en jardinería. En cuanto al transporte, por ejemplo, a finales de julio detuvieron a un camionero en Sidamon que llevaba 220 kilos. La mayoría de esta droga tiene como destino el norte de Europa, donde su valor se multiplica por cuatro. Si el quilo en España se vende por 1.200 euros, en Gran Bretaña puede alcanzar los 5.000. Los Mossos alertan de la peligrosidad de estas redes y de delitos conexos como homicidios o asaltos. Este verano en Catalunya se han producido dos crímenes que estarían relacionados con el tráfico de marihuana. La policía lamenta que pese a que el cultivo está prohibido en internet se pueden adquirir semillas legalmente. “En cierto modo es una incitación al delito”, reflexiona Mesalles.

¿De qué tipos de grupos estamos hablando?

De redes criminales especializadas que tienen desde ‘jardineros’ para el cultivo hasta electricistas para preparar naves y personas dedicadas a la logística y al transporte.

¿Cuál es el destino de la droga?

Principalmente el norte de Europa como Gran Bretaña. Aquí el kilo se paga a unos 1.200-1.300 euros y allí puede llegar a venderse a 5.000. El beneficio se cuadriplica.

¿Qué les ha sorprendido?

Que hay personas que han cambiado de actividad delictiva, que han pasado de dedicarse a los robos al cultivo de marihuana.

¿Cuál es el gran problema?

Son investigaciones muy complejas que posteriormente no se traducen en condenas elevadas. No concuerda con la realidad.