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26-10-205-7-2018-3-2014-3-209-3-20RIESGO DE REBROTE (R. SANITARIA LLEIDA)ENFERMOS COVID UCI (DEMARCACIÓN)FALLECIDOS EN UN DÍA (DEMARCACIÓN)

Crónica de un rebrote anunciado

Las previsiones no han fallado y las cifras de contagios se han vuelto a disparar en otoño, pero los expertos subrayan que “estamos mejor preparados que en marzo” || Las nuevas restricciones, aunque impopulares, tratan de evitar el colapso sanitario las próximas semanas

Supermercado vacío pocos días antes del estado de alarma.

Supermercado vacío pocos días antes del estado de alarma.AMADO FORROLLA

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Castellserà.

o es un déjà vu lo parece mucho. La temida segunda ola de la pandemia ha llegado puntual a la cita, tal como pronosticaron los expertos, y con el aumento de contagios han vuelto las restricciones, con estado de alarma incluido. Este otoño se parece cada vez más a la primavera de 2020, pero a pesar de que las cifras obligan a extremar la prudencia, también hay un atisbo de optimismo. “Es indudable que estamos mejor preparados que en marzo”, subraya el doctor leridano Antoni Encinas, gerente del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM). Hay epis para los profesionales sanitarios, respiradores de sobras, pabellones equipados como hospitales (en Lleida, el Onze de Setembre) que podrían entrar en funcionamiento con rapidez pero, sobre todo, “sabemos más del virus”. Enric Álvarez, investigador del Grup de Biologia Computacional i Sistemes Complexos de la UPC, ha apuntado recientemente en distintos medios que, si bien las cifras son preocupantes, la gran diferencia respecto a marzo es que entonces solo se detectaban los positivos que requerían atención hospitalaria, aproximadamente el 10% de los totales, mientras que ahora se aísla a un 70% de los infectados porque hay test masivos.

Con todo, Encinas hace notar que saber más del virus implica ser conscientes de que se avecinan meses complicados. “Por un lado, la historia nos dice que las segundas olas de las pandemias son más devastadoras”, advierte. Todo lo aprendido la pasada primavera ha de servir para evitar el colapso sanitario. “Ahora sabemos que, aunque podemos incrementar las camas de UCI para pacientes Covid hasta disponer de 1.800, eso será en detrimento de la salud pública”, porque habrá que parar los quirófanos y cerrar servicios de diagnóstico de otras enfermedades. Es decir, “aunque podemos atender este volumen de pacientes hemos de evitar tener que triplicar las UCI porque si no, dentro de 5 años la mortalidad reflejará que se han dejado de detectar precozmente patologías coronarias o cánceres, por ejemplo”. Se calcula que por cada 1.800 positivos se producen 30 ingresos en la UCI que ocuparán la cama, de media, tres semanas. “Eso es lo que podemos asumir sin que afecte a ningún otro servicio. Y ahora estamos en 5.000 positivos diarios en Catalunya, lo que es insostenible a medio plazo”. La prioridad es frenar contagios porque, además, “la segunda ola será más larga” y las previsiones apuntan a que durará lo que el estado de alarma: 6 meses. En dos semanas tendrían que empezar a notarse los efectos de las nuevas restricciones, porque si no se aplana la curva diversas autoridades sanitarias ya han manifestado que será inevitable otro confinamiento domiciliario, algo que haría mella en la salud emocional de la sociedad (ver desglose) y en la ya maltrecha economía.

La mortalidad se ha reducido. El 26 de marzo hubo 14 muertes por coronavirus en Lleida; el 6 de abril, 12; y el 29 de marzo y el 11 de abril, diez. Son cifras que triplican las de los peores registros del rebrote de julio y los de octubre. Desde el verano, ningún día se han superado las 4 defunciones por Covid en la demarcación. Eso ocurre, en parte, porque los enfermos son más jóvenes. Las residencias geriátricas, que se llevaron la peor parte los primeros meses de pandemia, se han blindado. “Ese es uno de los retos: proteger a los vulnerables”, subraya el gerente del SEM. En octubre, la mayoría de positivos contabilizados en Lleida estaban en la franja de entre 10 y 19 años.

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Lleida

Los mensajes positivos en los balcones han dado paso a los disturbios violentos del viernes en Barcelona. ¿Qué ha sido del “tot anirà bé” con arcoiris incluido? La psicóloga social y profesora de la UdL Rosa Maria Pérez explica que en marzo nadie sabía qué pasaría “y había expectativas”. Aunque se alargaran los confinamientos, “el horizonte estaba en 15 días” y la lucha contra el virus era compartida, “lo que nos unió”. Ahora las cosas han cambiado. “Sabemos qué supone el encierro, sabemos que 15 días días no serán suficientes, que muchas personas perderán su trabajo y la economía se resentirá”. Y eso pasa factura emocional. La resignación se ha transformado en rabia. “Tampoco ayuda la época del año. Las nuevas restricciones coinciden con la llegada del invierno y todo parece más triste”. Pérez, que a raíz de la pandemia abrió el perfil en Instagram @ambulleresdepsicoleg, recomienda la responsabilidad individual para superar la pandemia. “Aunque estemos enfadados porque otros no cumplan las normas y eso haga que nos limiten la movilidad, tenemos que reflexionar sobre la importancia de cumplirlas nosotros. Nuestro granito de arena cuenta”, y propone marcarse expectativas a corto plazo para no caer en el desánimo. “Esto se acabará, pero no sabemos cuándo”, por lo que “la resiliencia es importante” y, aunque esta incertidumbre abra la puerta a emociones como la rabia o la negación, hay que centrarse “en superar la pandemia haciéndonos responsables”. Pone como ejemplos la frustración que le supone no saber si podrá celebrar la Navidad con su familia o que, como profesora de psicología social, echa en falta la interacción con los alumnos, pero “procuro centrarme en las cosas que sí puedo hacer y dependen de mí”.

Supermercado vacío pocos días antes del estado de alarma.

Supermercado vacío pocos días antes del estado de alarma.AMADO FORROLLA

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