VIVIENDA BARRIOS
Una okupación en el Eix Comercial de Lleida acaba con un incendio y 2 denuncias de robo
La Urbana identificó a 9 personas que vivían ilegalmente en el número 47 de Sant Antoni desde hacía 2 meses || Fueron desalojados tras un fuego en un piso
La okupación del edificio número 47 en la calle Sant Antoni finalizó ayer con dos denuncias de robo, un incendio en un piso y un desalojo ordenado por el ayuntamiento. Los sucesos empezaron a primera hora de la mañana, cuandoel responsable de las obras rehabilitación del número 45 de la calle Sant Antoni denunció ante la Guardia Urbana que alguien les había robado herramientas y materiales durante la noche. El denunciante, el gestor inmobiliario Enric Joan Martí, no dudó en señalar como autores a un grupo de jóvenes que okupaban desde hacía dos meses el edificio del lado, el número 47.
“Entraron por el tejado del edificio y, con un hacha, han roto uno de los ventanales de nuestra azotea para entrar”, dijo Martí, que añadió que estos okupas “llevan como mínimo desde septiembre viviendo allí y creemos que han cometido varios robos por la zona, además de atracos en plena calle”. Minutos después de que la Guardia Urbana se presentara en el edificio e identificara a las 9 personas que se encontraban dentro del mismo, el dueño de un bar cercano denunció que esa misma noche alguien había robado alimentos de su establecimiento. “Excepto los bajos, el edificio está totalmente vacío y los ladrones entraron por la azotea”, dijo una de las trabajadoras. Las sospechas de que los ladrones del bar fueron los mismos que los del edificio en obras aumentaron después de que los agentes policiales vieran que entre el edificio en obras y el del bar, separados por la calle Rastro, había una plancha metálica que unía las dos azoteas. “Los ladrones la utilizaron para poder cruzar la calle, es surrealista”, añadió Martí. Por su parte, los agentes de la Policía Local iniciaron una investigación tras las dos denuncias por robo.
La Paeria ordenó el desalojo del inmueble tras el incendio al comprobar que era inhabitable
Pero la cosa no quedó ahí.Poco después de las tres de la tarde, los vecinos avisaron al propietario del inmueble okupado -que había denunciado a los intrusos el pasado septiembre- de que se había producido un incendio en el último piso. “Podía haber ocurrido una desgracia, porque allí había bombonas de butano y objetos inflamables”, dijo Andreu Arbiol, el propietario, que junto con los bomberos y la policía instaron a los okupas a que abandonaran el edificio. Finalmente no tuvieron otra opción ya que, tras una inspección técnica, el ayuntamiento decretó que el inmueble no reunía las condiciones higiénicas y sanitarias para vivir y les obligó a irse, ofreciéndoles alojarse en el albergue Jericó. Tras su marcha, el dueño del inmueble tapió la puerta.