La hostelería ve un 'desastre' la desescalada del Govern

La hostelería de Lleida criticó ayer el borrador del plan de desescalada de la Generalitat. El presidente de la Federación, Josep Castellarnau, dijo que son “malas noticias” para el sector y apuntó que el confinamiento municipal de fin de semana y el cierre a las 17.00 horas son un “desastre” para las zonas turísticas. También criticó que los restaurantes no podrán dar cenas. Mientras, el turismo da casi por perdido el puente de la Purísima. Castellarnau señaló que tampoco “sabemos qué pasará con la temporada de Navidad” y apuntó que están “paradas” las contrataciones para la campaña de invierno, que suponen unos 2.000 contratos. El presidente de la Federación de Turismo Rural, Jaume Ramon, señaló que “si la gente no se puede desplazar, tenemos la campaña de Navidad perdida” y valoró positivamente que en la tercera fase se permitan reuniones de hasta 10 personas, ya que el límite actual de 6 les perjudica. La Síndica de Aran, Maria Vergés, indicó que si se mantiene el cierre perimetral de Catalunya hasta mediados de enero el 80% de los establecimientos tendrán que cerrar. Vergés y el presidente del Gremi d’Ostalaria, Xacobe Batolomé, remarcaron que un alto porcentaje de turistas que reciben en invierno son del resto del Estado y que hay muchas segundas residencias, por lo que dan toda la campaña por perdida. Vergés lamentó que la Generalitat no consulte al territorio. El presidente de la Diputación, Joan Talarn, animó a acudir a los bares y restaurantes cuando reabran para “mostrar solidaridad al sector de la restauración”.

Por otra parte, la hostelería reclamó al Govern, en un acto unitario en Barcelona en el que participó Castellarnau, poder abrir el viernes y propuso una desescalada en tres fases. Su plan, que presentaron al conseller de Empresa, Ramon Tremosa, prevé límites horarios y de aforo y recomienda usar mascarilla entre plato y plato. Pidieron ayudas que compensen las pérdidas y la condonación de impuestos.