Empresarios y autónomos de Lleida denuncian con una marcha lenta la gestión de la pandemia
La hostelería acaba rompiendo platos ante la delegación del Govern
Más de 150 vehículos han participado este miércoles en la marcha lenta convocada por Hostelería de Lleida para denunciar la gestión de la pandemia y reclamar ayudas "efectivas". A la protesta, que ha recorrido las calles de Lérida, se han adherido otros sectores que también están sufriendo los efectos de las restricciones por la covid-19. Consideran insuficiente la propuesta del plan de desescalada que se ha filtrado y reclaman poder reabrir "ya" sus negocios. "Ninguna empresa puede sobrevivir con un 30% de actividad", ha lamentado el presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Josep Castellarnau.
La marcha ha acabado ante la delegación del Govern en Lleida donde se ha leído un manifiesto y algunos participantes han roto platos en señal de protesta.
La movilización, que ha consistido en una marcha lenta de vehículos, la ha convocado la Federación de Hostelería de Lérida, uno de los sectores más perjudicados, pero también se ha sumado otros como el comercio, la cultura, centros deportivos, taxis, proveedores de servicios generales, centros de estética u organizaciones agrarias.
El presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Josep Castellarnau, ha afirmado que el sector está pasando "un momento muy duro" y ha recordado que los establecimientos de Lleida ya es el tercer cierre que tienen que soportar. "Estar todo este tiempo parados, no hay ninguna empresa que lo pueda aguantar", ha sentenciado. Por eso, ha exigido ayudas directas para el sector con el fin de evitar que más empresas sigan bajando la reja.
Asimismo, Castellarnau ha remarcado el esfuerzo que ha estado haciendo el sector por implementar medidas sanitarias y de seguridad en los establecimientos para evitar contagios y ha criticado que desde el Govern no se hayan aceptado las propuestas planteadas desde la restauración para poder reabrir. "Trabajar con un 30% del aforo –tal como plantea el plan de desescalada– hace imposible sacar a la gente del ERTE" según el presidente de Hostelería de Lleida.
Josep Castellarnau ha destacado la participación en la protesta de muchos otros sectores y ha puesto de relieve que la hostelería "da vida a todo el territorio" ya que muchos sectores dependen directa o indirectamente. Al margen de las pérdidas económicas que están asumiendo los respectivos negocios, ha lamentado sobre todo "la cantidad de familias que lo están pasando mal" de todos estos sectores.
Miquel Queralt, del restaurante Nyam-Nyam, ha asegurado que las medidas previstas en el plan de desescalada "hacen inviable" la reapertura de los establecimientos y, en este sentido, considera que, "al menos, se tendría que poder abrir hasta las diez o las once de la noche como hacen en otros lugares". Así, ha denunciado el agravio comparativo respecto de otros territorios próximos como Aragón "dónde puedes ir a comer y a desayunar". Julià Rodríguez, de una empresa que distribuye a la hostelería, ha explicado que tienen "la empresa parada y gente en el ERTE mientras las facturas siguen llegando y no podemos mover cajas".
Por su parte, Jaume Pedrós, de Unió de Pagesos, ha expuesto la afectación que el cierre de la hostelería está comportando en la caída de las ventas en sectores como el ganadero pero también en el caso del vino y otros productos agrarios. "Los mismos de siempre estamos sufriendo mucho y tenemos que pagar los platos rotos y no sabemos cómo saldrá adelante", ha dicho. Maribel Morato, esteticista, ha explicado que hace pocos días han podido reanudar la actividad pero "no hemos recibido todavía ninguna ayuda". "Si se cierra un negocio se ha de ayudar, sea lo que sea, porque al final está afectando a toda la economía de la ciudad porque todos dependen de todos, ha señalado.