ESNOTICIA
Salud alarga hasta el 18 de diciembre los test en Lleida ante las colas por la gran demanda
El pabellón Onze de Setembre los mantiene hasta el día 4, pero desde el lunes se harán en diversos barrios|| Preveía 18.000, pero en tres días solo son 743 y muchas personas no han podido hacérselo
El departamento de Salud alargará hasta el 18 de diciembre el cribaje en Lleida para detectar casos de Covid con test rápidos ante la alta demanda. Y es que ayer, en el tercer día de las pruebas que se hacen en el pabellón Onze de Setembre de 16.00 a 20.00 horas, volvieron a repetirse las largas colas. En un principio, el cribaje terminaba hoy, pero en este equipamiento seguirá haciéndose hasta el 4 de diciembre y, paralelamente, desde el lunes y hasta el 18 de diciembre se harán en otros lugares de barrios por determinar.
Salud quiere hacer pruebas a 18.000 vecinos de la ciudad, pero en tres días solo ha hecho 743, 254 ayer. De hecho, muchas personas se han quedado sin poder hacérselas y otras han tenido que esperar horas. “Las colas demuestran la responsabilidad de la población para cortar cadenas de transmisión”, señaló la delegada de Salud, Divina Farreny, que añadió que “este interés nos ha llevado a reorganizarnos para llegar a más población y evitar esperas”. Por su parte, la consellera Alba Vergés dijo que “aún hay tiempo y no es necesario correr para conocer el resultado”.
Por otra parte, Salud también hará cribajes en La Pobla de Segur del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 9.00 a 14.00 y de 15.00 a 20.00 en el polideportivo, y en la Torre de Capdella el día 3 en los consultorios de Senterada de 9.00 a 11.30, en el de la Pobleta de Bellveí de 12.00 a 14.00 y en el de Espui de 10.00 a 11.00.
“Casi tres horas esperando en la calle de pie hasta entrar en el pabellón”
“El test fue rápido, pero la cola hasta entrar en el pabellón Onze de Setembre, más que lenta. Casi tres horas esperando en la calle, de pie, viendo cómo anochecía y el frío se iba intensificando. Por lo menos no había niebla... Llegué a las 16.50 y la cola llegaba al final del solar junto a la prisión. Pensé en irme, pero entonces un miembro de Protección Civil comenzó a contar y a partir del número 250, yo era la 232, no permitió incorporarse a nadie más en la cola. Y eso que fueron llegando personas a lo largo de la tarde. Todos, incluso los de edad avanzada o con problemas de movilidad, esperamos con resignación y algo menos de distancia entre nosotros que la debida. La primera hora fue soportable, en la segunda el cuerpo ya empezó a protestar y a las siete, cuando el cerebro me pedía irme, vislumbré el pabellón. Aún tardé más de media hora en entrar y después sí fue todo rápido. Un minuto para dar tus datos con la tarjeta sanitaria, otro para ofrecer tus orificios nasales al escobillón, y a esperar en las gradas, con vistas a las camas de hospital preparadas. Una agente cívica gritaba números, como en el bingo, y cuando coincidieron con los 4 últimos de la pegatina que te dan tras el test, me dirigí a la última estación de la ‘gincana’, y me dieron el resultado. Negativo, por cierto”.