PATRIMONIO CENTRO HISTÓRICO
Barrio judío olvidado
El complejo de la Cuirassa está abandonado, sus instalaciones, visiblemente deterioradas y sufre vandalismo sólo dos años después de su estreno|| La Paeria reclama a la firma que lo restauró que reponga los elementos degradados
Una de las actuaciones más importantes de los últimos años en el Centro Histórico, la rehabilitación de los restos arqueológicos del barrio judío medieval y su conversión en un espacio ajardinado y de interés turístico, necesitó tres años de obras y una inversión de más de un millón de euros. Pero solo dos años después de ser inaugurado, parece completamente abandonado. La estampa actual de la Cuirassa, el que fuera uno de los barrios judíos más importantes de Catalunya, es de desolación y dejadez. Entre los restos de casas de siglos de antigüedad hay basura, botellas vacías y colchones que utilizan toxicómanos que han hecho del Call su refugio. Un equipamiento que los vecinos vieron erigirse con ilusión pero que ahora califican como “un fiel reflejo de lo que es el barrio”.
Josep Maria Muñoz, de la plataforma “Som Veïns”, lamenta que “es una zona con muchísimo potencial que se ha degradado en un tiempo récord, en parte porque creo que los materiales que se utilizaron para el complejo al aire libre no eran los correctos”. Una sospecha que se confirma con solo ver los carteles informativos totalmente desgastados y restos de casas medievales sin ningún tipo de protección. Para Muñoz, se deberían pedir responsabilidades a los autores de esta “chapuza”, ya que “entre los materiales, la falta de vigilancia de la zona y la situación del barrio, es un lugar ideal para el vandalismo y para que los toxicómanos hagan del Call su casa. Por desgracia es un fiel reflejo de lo que es el Centro Histórico ahora mismo”, señala.
Los vecinos del Centro Histórico reconocen que su estado “es un fiel reflejo de cómo está ahora el barrio”
Otra de las entidades vecinales de la zona, la de Jaume I, lamenta que la degradación de La Cuirassa “es algo que se nota y se sabe que está abandonado”. Un portavoz de la entidad reconoce que “no puedo sentir más que lástima por cómo está este complejo, ya que iba a ser una de las joyas del barrio y debía servir para revitalizarlo, atraer gente y eliminar los problemas que tenemos cada día, pero por lo que vemos ha sido absorbido por todos los males del Barri Antic: drogas, dejadez, suciedad y vandalismo”. Desde la entidad no saben “quién o qué” es el culpable de su estado, pero sí que instan al ayuntamiento a recuperarlo. “No sabemos cómo hacerlo, pero se debe actuar cuanto antes”, concluyen.
La recuperación de este espacio costó 1,1 millones de euros, de los cuáles la mitad procedió de una subvención de la Generalitat. El presupuesto se disparó después de descubrir más restos de los previstos, ya que el proyecto inicial era de alrededor de medio millón de euros, y la empresa encargada de la obra fue Romà Infraestructures.
Precisamente, el ayuntamiento ha reclamado a la empresa la reposición y reparación de todos los elementos deteriorados, ya que considera que todavía está dentro del periodo de garantía. Además, toda la zona ha sufrido numerosos actos vandálicos, que incluyen desde el robo del cableado eléctrico hasta el destrozo de patrimonio arqueológico. Además, la falta de mantenimiento de la jardinería es más que evidente, con las mangueras que deberían estar soterradas en la superficie y con tramos arrancados. Vandalismo y deterioro de instalaciones aparte, lo que está claro es que los vecinos no quieren que, como ocurrió en el siglo XV, el barrio judío vuelva a desaparecer.