ESNOTICIA
Justicia y covid: la cara y la cruz
Los juristas valoran el avance tecnológico que ha supuesto la pandemia en el ámbito judicial pero avisan de la acumulación de los asuntos, sobre todo a nivel civil y contencioso || Con un balance más positivo que en la crisis económica de 2008, piden medidas de apoyo para corregir el retraso
Los juzgados de las comarcas de Lleida cerraron, como la mayoría de sectores, un año nefasto debido a la pandemia. El peor periodo fue durante el estado de alarma, que supuso que durante cerca de tres meses se paralizara prácticamente la totalidad de la actividad judicial. Solo se atendieron los casos más urgentes, como los pases a disposición judicial de detenidos (una gran mayoría se hicieron por vía telemática desde las comisarías). Sin embargo, el coronovirus ha servido para que el sistema, muchas veces criticado por ser arcaico y lento, se haya tenido que adaptar. La administración de Justicia siguió su propio proceso de desescalada, que se dividió en diferentes fases. No fue hasta el 4 de junio cuando se levantó la suspensión de los plazos procesales que se había activado con el estado de alarma. Eduardo Enrech, juez decano de Lleida, comenta que “la pandemia nos ha forzado a desarrollar todas las herramientas tecnológicas y esto ha supuesto un salto cualitativo. En cuanto a los aspectos negativos, se está todavía arrastrando los tres meses en los que solo se podía hacer lo más urgente y no se podían celebrar juicios”.
En la misma línea, el fiscal jefe de Lleida, Juan Boné, destaca como aspecto positivo la “consolidación del teletrabajo”. En su opinión, este aspecto ha sido positivo, aunque señala que la Justicia necesita una informatización integral que permita esta práctica de forma plena, especialmente para los funcionarios. Esta digitalización también ha sido beneficiosa por el uso de la videoconfencia en los diferentes trámites, ya que, según Boné, “ha recibido un fuerte impulso”. En cambio, en los efectos negativos, Boné, al igual que el juez decano, señala que se ha generado un importante retraso en la resolución de asuntos. “En algunos ámbitos, especialmente en los juzgados de lo social y de lo contencioso, se requerirán medidas de apoyo”. Por su parte, el decano del Colegio de la Abogacía, Jordi Albareda, explica que “la pandemia ha puesto de nuevo de relieve las carencias que hay de personal y de medios”. Critica que “intentar habilitar agosto fue una falta de respeto para la profesión”. A su vez, destaca “la buena coordinación entre los diferentes estamentos” y, por último, dice que “se debe hacer un esfuerzo para tener una justicia más ágil. Cuando la justicia es lenta no es justicia”.
¿Qué balance hace de este año a nivel judicial?
Ha sido un año anómalo pero provechoso. Con aspectos positivos y negativos.
¿Lo puede detallar?
En la parte positiva, ha sido un éxito cómo se ha adaptado la estructura judicial. Era muy necesario y ha sido un salto cualitativo con la aplicación de la tecnología como son las videoconferencias o el teletrabajo. En este sentido, la justicia ha hecho un paso importante. En el lado negativo, la pérdida de personas, el atraso de parte de las causas por la parada durante tres meses en primavera y la incertidumbre del momento.
¿Prevé un alud de demandas por temas laborales, por ejemplo?
Sí. Es lógico que haya una entrada de asuntos de los ámbitos civil, social y concursal. Es algo que nos preocupa pero dependerá de la evolución de la crisis, aunque soy optimista a nivel económico.
¿Por qué motivo?
Creo que en la crisis de 2008 el motor se ‘gripó’. Ahora es como si el coche estuviera parado en un semáforo.
¿Qué destacaría en positivo de la reacción de la justicia ante la pandemia?
Coincido con el resto de expertos en que la consolidación del teletrabajo ha sido positivo en los juzgados para adaptarse a las restricciones. Sin embargo, se necesitan más cambios.
¿A qué se refiere?
A que la administración de Justicia necesita una informatización integral que permita esta consolidación del teletrabajo de forma plena, especialmente para los funcionarios.
¿Destacaría algún aspecto más?
Siguiendo en el ámbito de la digitalización, el uso de las videollamadas para resolver asuntos, que han tenido un fuerte impulso.
¿Y en negativo?
Pues como bien apuntan todos los expertos, con la pandemia y la paralización de la actividad no urgente durante unos meses se ha generado un importante retraso que se va corrigiendo. En algunos ámbitos, especialmente en los juzgados de lo social y de lo contencioso, se requerirán medidas de apoyo.