ESNOTICIA
«El sistema inmune de los niños se adapta mejor a los virus»
JOAN VERDAGUER | médico especialista en inmunología
¿Por qué nuestro sistema inmunitario no es tan eficaz contra nuevos virus?
En primer lugar, deberíamos decir que estos virus, como el Sars-CoV-2, no son nuevos. Ya existían antes, aunque afectaban a animales. En algún momento dan el salto y la infección pasa a los seres humanos: se llama zoonosis. Estas infecciones suelen producir enfermedades más graves porque el patógeno tiene mayor virulencia al encontrarse en un ambiente nuevo con características de crecimiento más favorables y porque el sistema inmunitario del nuevo huésped no tiene ningún tipo de respuesta protectora previa. Las zoonosis han tenido lugar desde siempre entre animales. En los seres humanos, el contacto íntimo o la ingestión de carne de animales ha acarreado este paso a lo largo de la existencia de la humanidad. La tuberculosis, que es causada por una micobacteria que se cree que dio el salto a los humanos hace miles de años, y el virus que causa el Sida son ejemplos de zoonosis. El de la gripe es otro ejemplo en el que periódicamente se producen nuevas cepas tras su paso por animales como el cerdo y aves. Estas infecciones suelen ser mejor toleradas durante la infancia y en la juventud que durante la vejez, porque durante las primeras etapas de la vida el sistema inmunitario es más flexible y tiene una mejor capacidad de responder, mientras que en etapas más avanzadas es más débil y su respuesta, limitada.
¿Por qué el sistema inmunitario reacciona de una forma excesiva contra la Covid en algunas personas y ataca a sus órganos vitales?
Frente a cualquier infección, nuestro sistema inmunitario produce una importante cantidad de moléculas con distintas funciones, con la intención de frenar la infección. Un grupo de estas moléculas, conocidas como citocinas, tienen la función de activar la respuesta general del organismo frente a la infección, por ejemplo, induciendo fiebre o promoviendo la producción de nuevas moléculas y células del sistema inmunitario que atacarán al patógeno. Las citocinas también tienen la función de activar y comunicar entre sí las propias células del sistema inmunitario. La producción de citocinas está muy bien regulada debido a que a concentraciones altas, son tóxicas. En algunos pacientes de Covid se produce un cuadro clínico que se conoce con el nombre de Síndrome de Liberación de Citocinas (o también conocido como Tormenta de Citocinas), en el cual se da una producción masiva de estas moléculas causando un gran daño al paciente. No se sabe por qué en estas personas se da una producción tan elevada de citocinas. Recientemente, se ha descubierto que alrededor de un 15% de estos pacientes tienen defectos de la función de otro grupo de moléculas con efectos antivíricos, los interferones de tipo 1. Se cree que en estos pacientes esta disfunción podría estar detrás del Síndrome de Liberación de Citocinas que padecen. En el resto de pacientes con Síndrome de Liberación de Citocinas, se sospecha que podrían darse defectos aún no descubiertos de la función de otras moléculas. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el sistema inmune responde de forma distinta en cada persona. Por ejemplo, en algunas personas, su sistema tiende a generar respuestas inflamatorias mayores que en otras frente al mismo patógeno. Esto viene determinado genéticamente, al igual que hay personas que sufren alergias o enfermedades autoinmunes y otras no. Por otro lado, influye la edad de la persona y otras particularidades como la obesidad o la hipertensión, que podrían alterar la respuesta inmunitaria, por ejemplo, siendo más inflamatorias. Todo ello en su conjunto podría explicar el porqué algunas personas desarrollan el Síndrome de Liberación de Citocinas.
¿Es optimista sobre la duración de la inmunización por las vacunas o su efecto será limitado?
Sí. Es una inmunidad generada tanto a través de la producción de anticuerpos bloqueantes como de linfocitos T específicos contra el virus. Quienes participaron en los ensayos de las primeras vacunas de ARN hace ocho meses todavía tienen una buena respuesta protectora y, por eso, todo hace pensar que la inmunidad que inducen estas vacunas de ARN será larga y creo que incluso podría llegar a ser de años. De todas formas, es la primera vez que se usan vacunas de ARN. Por todo ello, hace falta más tiempo y experiencia para saber si la protección va a ser duradera o no.
No obstante, hay personas que han sufrido la Covid y que se han vuelto a infectar.
Por lo que he podido leer, el número de casos reportados de reinfecciones ha sido bajo. Sin embargo, esto no es una particularidad del virus Sars-CoV-2. A lo largo de nuestra vida padecemos reinfecciones con patógenos de otras enfermedades infecciosas que ya hemos sufrido en el pasado. Precisamente, dado que tenemos una respuesta inmunológica previa duradera (incluso para toda la vida en un número significativo de enfermedades), frecuentemente padecemos la infección de forma asintomática o con muy pocas manifestaciones clínicas.
¿Nos tendremos que acostumbrar a la aparición periódica de nuevos virus?
La humanidad ha sufrido desde siempre infecciones graves por virus, bacterias y otros patógenos que con frecuencia han causado epidemias. No hace ni un siglo que se descubrieron los antibióticos, que junto a las vacunas nos protegen de enfermedades más graves, y ha habido una mejoría de las condiciones sanitarias y nutricionales de la población. Todo ello, junto a un gran progreso económico. Nos hemos acostumbrado a vivir sin padecer infecciones ni epidemias graves, cuando es la excepción en la historia de la humanidad. Algunos epidemiólogos, ambientalistas y otros expertos creen que el estilo de vida actual podría favorecer la aparición de nuevas epidemias. Hay que tener en cuenta que la gente viaja más y esto favorece la transmisión, y lo que hace un siglo podía tardar meses o años en diseminarse por todo el mundo, ahora es en cuestión de horas o días. Algunos ambientalistas creen que el cambio climático, junto con la extinción o disminución de especies animales, podría favorecer la aparición de nuevas zoonosis.
«El estilo de vida puede favorecer nuevas epidemias»