Las escuelas de danza reclaman trabajar

La crisis desatada por el coronavirus ha situado a las escuelas de danza cerca del último baile. Es por eso que alrededor de 150 personas vinculadas al sector (tanto del ámbito público como del privado), reclamaron ayer en la plaza Ricard Viñes de Lleida la reapertura de sus centros y denunciaron la “injusticia” que está cometiendo el Govern con ellos. Según los concentrados, el Executiu no les ha tenido en cuenta al actualizar las restricciones sanitarias por la pandemia y les obliga a seguir manteniendo las persianas bajadas.

Así, ataviados de negro, los participantes escenificaron el entierro de la danza y depositaron una flor encima de un ataúd negro, todo bajo el lema “La danza es educación”. En este sentido, también se leyó un manifiesto en el que se pidió la dimisión del conseller de Educación de la Generalitat, Josep Bargalló, por “negarse a que las escuelas de danza formen parte de la educación de los niños y niñas y jóvenes catalanes y por no integrarlas dentro del sistema educativo”.

Asimismo, también exigieron ayudas dignas y directas para el sector, así como la reapertura inmediata de todos los centros “porque la danza se encuentra en un momento crítico y las escuelas estamos a punto de desaparecer”. “Somos cultura porque nutrimos desde la base el conocimiento de las artes y sus beneficios, pero sobre todo somos educación porque somos el primer escalón, el paso esencial, que todo bailarín profesional ha tenido que dar en su carrera”, rezaba el manifiesto. Además, el colectivo también cargó contra la medida aprobada por el Procicat que permite abrir en formato semipresencial las escuelas que estén certificadas por Educación, creando así un agravio entre centros cuando “todos hacemos el mismo trabajo y no hay nada que justifique la apertura de unos y otros no”.

Por su parte, la representante del Col·lectiu de Professors i Centres Privats de Dansa de Catalunya, entidad organizadora de la protesta, Irene Cascos, indicó que “somos un sector completamente invisible para las administraciones desde que arrancó la pandemia. Llevamos muchos meses sufriendo una situación totalmente precaria, y, aunque de momento en la demarcación de Lleida no se han tenido que cerrar escuelas, sí que se han tenido que reducir gastos, muchas veces prescindiendo de profesorado, por no hablar del descenso de alumnos. Si no nos permiten abrir o nos llegan ayudas, no sé que va a pasar”.

Finalmente, Cascos también manifestó que mantener la actividad con clases online es “muy complicado” y que los centros hicieron una inversión muy alta en medidas de seguridad que no les está sirviendo para nada.