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ENTREVISTA PSC

Salvador Illa: «Ya veremos qué límites ponemos a los apoyos para una investidura»

Salvador Illa fue durane mucho tiempo la mano derecha del primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Después Pedro Sánchez lo eligió para un ministerio, Sanidad, con casi todas las competencias transferidas a las autonomías. Su talante moderado durante la gestión de la pandemia hizo que los socialistas cambiaran de candidato a última hora y ahora es la gran esperanza del PSC para volver a tener protagonismo en el Parlament.

El exministro y candidato estuvo en la Llotja el sábado y compartió un miting con Pedro Sánchez.

El exministro y candidato estuvo en la Llotja el sábado y compartió un miting con Pedro Sánchez.MAITE MONNÉ

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Como ministro tuvo que afrontar el primer año de la pandemia. Si sale elegido President, ¿cómo afrontará la salida de la crisis?

De dos formas: vacunando (en verano tendremos un 70% de población vacunada y me aseguraré de que haya todos los recursos para que sea así) y dos: reforzando el sistema sanitario.

¿Y desde el punto de vista económico y social?

Primero, garantizando que nadie queda atrás, desplegando todas las ayudas necesarias para que los sectores afectados tengan las ayudas para retomar su actividad. Dos, aprovechando los fondos europeos, son una oportunidad única: 141.000 millones en seis años. Y tres, recuperando el liderazgo: Catalunya debe volver a ser el territorio con más PIB de España. Esto es muy importante y ya he dado a conocer quién lo dirigiriá: el economista Maurci Lucena.

¿Habrá alguien de Lleida en su gabinete si es President?

Habrá alguien de Lleida, con seguridad. Pero por ahora solo he dado a conocer dos nombres: el de Lucena y el de la doctora Olga Pané para el área de Sanidad.

También como exministro, ¿cambiaría alguna cosa de lo que se ha hecho durante este primer año?

Creo que hemos actuado tan bien como hemos podido con la información que teníamos en cada momento, siempre haciendo caso de los expertos y de las recomendaciones de los organismos internacionales. Se habrán cometido errores, pero juzgar decisiones pasadas con información de hoy no me interesa.

Si hay una alta abstención, unida al elevado número de bajas en las mesas electorales, ¿los resultados perderán legitimidad?

No. En ningún caso. Lo que hay que hacer es trasladar a la ciudadanía que votar es seguro si se cumplen las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Desde 2010 el PSC no logra más del 20% de los votos en unas autonómicas. ¿Qué cambia este año?

Que hay unas ganas muy mayoritarias de pasar página, de acabar con 10 años perdidos, de divisiones, de un gobierno bloqueado que no ha estado centrado en los problemas de los catalanes. En el caso de Lleida, esto es muy obvio, se han descuidado completamente los problemas de los leridanos y la gente pide recuperar grandes acuerdos.

¿Pasar página significa olvidar lo que ha pasado estos 10 años?

Quiere decir hacer política, no mirando el retrovisor sino hacia delante, y buscar consensos.

En clave de Lleida, el PSC no ha pasado de un diputado desde 2012, pero había llegado a tener 5. ¿Cuál es la previsión actual?

Las encuestas nos dan unas previsiones muy altas. Yo lo que percibo es que hay muchas ganas de cambio y que la única candidatura para hacerlo efectivo y que el voto no quede perdido es mi candidatura.

¿No se arriesga a hacer una previsión por Lleida?

No me gusta. Preveo unos resultados muy buenos, también en Lleida.

Esta campaña se habla más de pactos postelectorales que de mayorías. Hay quien dice que ya tienen un pacto con ERC pero ambos lo niegan. ¿Cuál es la verdad? ¿Es una puerta cerrada?

Entiendo que se quiera saber qué pasará, pero centro la campaña en mis propuestas de cambio. Lo que he dicho es que si gano me presentaré a la investidura para gobernar Catalunya. Lo segundo: que haré un gobierno de cambio y progresista. Y lo tercero, que en mi gobierno no habrá partidos independentistas, porque yo no defiendo la independencia.

¿Ha hablado con Oriol Junqueras?

No.

¿Prevé hablar con él después de las elecciones?

No lo tengo previsto pero no tengo ninguna reserva en hablar con nadie.

Sí ha apuntado a un posible pacto como el de la Moncloa o Barcelona, con los Comuns, pero tampoco van a tener mayoría.

En Madrid tampoco hay mayoría.

Y han tenido apoyos de ERC.

Aquí buscaríamos el apoyo que hiciera falta para lograr la investidura.

¿Sin límites?

Ya lo veríamos.

Se ha acordado retomar la mesa del diálogo, pero si usted gana las elecciones y es presidente, ¿se desactivará?

No. Hay dos mesas: una entre gobiernos acordada con la investidura del presidente Sánchez y otra entre los partidos con representación en Catalunya creada a instancias de los socialistas. Hay que mantener ambas. El diálogo no solo es con Madrid. Diría: primero hay que hablar aquí y luego en Madrid.

¿De qué se puede hablar en estas mesas? ¿Hay líneas rojas?

El único límite es el respeto al estado de derecho. Vanalizar este respeto nos ha llevado a división y sufrimiento y hemos visto cómo en Estados Unidos ha puesto en riesgo instituciones tan sólidas como el capitolio.

Usted dice que hay que respetar la Constitución. Pero un estado federal requeriría modificarla.

La constitución tiene mecanismos de reforma y si hay consensos no hay problema en modificarla. Lo que no se puede hacer es actuar de forma unilateral.

¿Si hay apoyos, sí?

Es obvio que sí.

Su propuesta de bajarse el sueldo si es President ha tenido repercusión. ¿Sería el único que bajaría?

Comenzaría por aquí porque es lo que me afecta a mí. Hay que predicar con el ejemplo.

Hace unas semanas el PSOE rechazó bajar el sueldo de los diputados. ¿Es compatible?

Ya he dicho que yo predico con mi ejemplo.

¿Cómo más se puede mejorar la financiación de Catalunya?

Primero, yendo a las mesas donde se debate esto. Es un debate pendiente desde 2014 y el presidente, Pedro Sánchez, ha dicho que quiere abrirlo. Me planteo defender las posiciones de Catalunya hasta donde corresponde y también defender que no haya ‘dumping fiscal’. Hay comunidades autónomas que aprovechando circunstancias excepcionales recortan impuestos y hacen una competencia desleal a otras.

¿Hay que regularlo?

Habría que fijar unas mínimas reglas de juego que impidan el ‘dumping fiscal’. En España y en Europa también. Que haya países que tengan tipos impositivos muy bajos para atraer empresas que al final se van de aquí en un mercado que ya actúa como mercado único, me parece una cuestión que hay que resolver.

Si es elegido President, ¿que hará con el casi 50 % de voto independentista?

Comenzaría por los 44 puntos de la agenda de reencuentro que se planteó en la única reunión de la mesa de diálogo, suscitados por anteriores responsables de la Generalitat para mejorar la vida de los catalanes.

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