El obispado de Lleida busca voluntariado internacional

Desde hace aproximadamente tres años el obispado de Lleida organiza un voluntariado internacional en Esquipulas (Guatemala). Se trata de una iniciativa que se enmarca dentro del proyecto ‘Ciudad de la Felicidad’, impulsado en 2008 por la congregación de religiosas ‘Marta y María’ y que tiene por objetivo cuidar de menores y adolescentes que se han quedado huérfanos o han sido abandonados.

En este sentido, desde que en 2017 el obispado se sumó a esta iniciativa solidaria, ya han participado más de veinte leridanos. Asimismo, la delegación de misiones de la diócesis de Lleida ha abierto recientemente un nuevo proceso de inscripción para que todas aquellas personas que estén interesadas en llevar a cabo este voluntariado puedan apuntarse, enviando un correo electrónico a delegaciomissions@gmail.com.

“No se precisa de ningún requisito más allá de que los futuros voluntarios tengan 18 años o más”, explicó la técnica de la delegación de misiones, Eva Jorge. “Una vez inscritos, los voluntarios reciben alrededor de tres o cuatro meses de formación, que este año debido a la pandemia haremos de manera virtual.

En julio, se viaja a Guatemala y la estancia suele durar un mes”, indicó Jorge. Las labores que desarrollan en la ‘Ciudad de la Felicidad’ los voluntarios son variadas: acompañar a los jóvenes al colegio, jugar con ellos, darles clases de refuerzo, ayudar en las cocinas o en el huerto, etc.

“Procuramos adaptarnos al perfil de cada persona, si enviamos allí a alguien que es sanitario, por ejemplo, procuraríamos que desarrollase su voluntariado en la clínica”, matizó Jorge. .

Actualmente la ‘Ciudad de la Felicidad’, que cuenta con una decena de casas y acoge a unos 80 niños y niñas.

En tres años, más de veinte voluntarios leridanos han participado de esta iniciativa solidaria

La colaboración entre el proyecto de la congregación ‘Marta y María’ comenzó gracias a que Víctor Espinosa, sacerdote de la diócesis leridana y antiguo misionero, se puso en contacto con las religiosas. Tras visitarlas, Espinosa ya se quedó en Guatemala y el obispado comenzó con el voluntariado.