Catalunya deja atrás la limitación comarcal de movilidad después de más de dos meses

Las personas de la misma burbuja de convivencia pueden moverse libremente por todo el territorio catalán desde hoy después de más de dos meses. Tras las navidades, el 7 de enero, se decretó el confiamiento municipal en Catalunya, que pasó a ser comarcal el 8 de febrero.

Además, se mantienen desde el lunes pasado los encuentros de seis personas independientemente de la burbuja de la que forman parte (hasta entonces eran dos burbujas). Las nuevas medidas aprobadas por el Procicat estarán vigentes hasta el 28 de marzo.

Ahora bien, la movilidad fuera de la comarca solo se permite si es con la unidad de convivencia. También se mantienen los desplazamientos entre el Alt Urgell y Andorra solamente por parte de sus residentes, lo que impide que turistas catalanes (de fuera del Alt Urgell) vayan al Principat.

Otra de las medidas que entra en vigor es que el comercio no esencial ya podrá volver a levantar la persiana el fin de semana, después de que se prohibiera el 7 de enero. También la superficie de venta en los grandes establecimientos se amplía hasta los 800 m² (hasta ahora era de 400 m²) aunque el aforo máximo es aún del 30%. También pueden reabrir las salas de juego y los casinos al 30%, pero con un máximo de 100 personas; se reanudan las competiciones deportivas federadas de menores de 16 años y se podrán celebrar galas, ceremonias de entrega de premios y festivales.

A partir del 26 de marzo, a las puertas de Semana Santa, las reuniones se limitarán a un máximo de 4 personas en espacios cerrados y no se permitirán con personas no convivientes.

Preparados para recibir turistas pese a los interrogantes sobre el verano

Numerosos establecimientos turísticos se preparan para recibir a partir de hoy a los primeros visitantes de fuera de sus comarcas tras el levantarse el confinamiento. La lluvia de reservas se centra en buena parte en Semana Santa pero ya hay consultas sobre el verano.

Algunos establecimientos no saben todavía si abrir ante el riesgo de que una nueva ola de contagios pueda obligar a echar de nuevo el cierre y cancelar las reservas. Por ejemplo, Isabel Monell, de Cal Falillo, de Vilanova de Bellpuig, señala que “hemos recibido llamadas para reservar por Semana Santa, pero aún no tenemos nada cerrado.

Hay muchos clientes con ganas de venir, pero hay mucha incertidumbre. Los clientes ya quieren reservar para el verano, pero preguntan si se les devolverá el dinero de la reserva en caso de que haya confinamiento”.

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