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Los musulmanes renuncian a una gran mezquita y abrirán oratorios más pequeños

No se estrenará hasta dentro de dos años|| Opta por 4 o 5 locales de culto en diferentes barrios, en vez de una mezquita, y la Paeria está reformando la normativa porque ahora no están permitidos

El local de la calle Nord donde está previsto un oratorio y un centro cultural.

El local de la calle Nord donde está previsto un oratorio y un centro cultural.MAITE MONNÉ

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La comunidad musulmana que reza en el Palau de Vidre desde 2012 ha abandonado la idea de dotar a la ciudad de una única mezquita y ahora opta por la instalación de cuatro o cinco oratorios de menor tamaño repartidos por distintos barrios de la ciudad. Así lo indicó ayer el portavoz del colectivo, Abdellatif Láatabi, y confirmó que por el momento uno de ellos será en el local que ya han adquirido en la calle Nord, que está pensado también como centro cultural.

Tienen previsto que su aforo sea de un centenar de personas y ponerlo en servicio en un plazo de unos dos años porque antes tienen que adecuarlo y necesita muchas obras. De este modo, si se materializa el proyecto, esta calle volverá a albergar un centro de culto islámico una década después de que la Paeria clausurara en 2010 la mezquita ubicada en unos bajos de otro edificio de esa calle por exceso de aforo, después de muchas quejas vecinales.

Láatabi apuntó que los otros oratorios podrían estar ubicados en Balàfia o La Bordeta, pero remarcó que no han comprado ningún otro local aparte del de la calle Nord. De hecho, aseguró que trabajan conjuntamente con el ayuntamiento en esta idea de distribuir locales de culto de menos tamaño. Para los rezos más multitudinarios, seguirían utilizando el Palau de Vidre.

La presidenta de la asociación de vecinos de Noguerola, Anna Costa, señaló que el colectivo musulmán no les ha informado de su proyecto de instalar un oratorio en la calle Nord y recordó que la normativa municipal actual no permite centros de culto en locales como ese. En este sentido, la teniente de alcalde y concejala del barrio de Noguerola, Sandra Castro, apuntó que desde hace un tiempo están trabajando en la reforma de esta normativa porque con los actuales requisitos es “imposible” abrir centros de culto en locales o constuirlos en solares y han detectado la necesidad en varias confesiones.

Apuntó que una vez dispongan de la nueva, tanto la comunidad islámica como cualquiera se debera adaptar a los nuevos criterios..

Por su parte, el alcalde, Miquel Pueyo, dijo días atrás que ninguna confesión debería tener su mezquita o iglesia en el polígono. En 2007, la Paeria y el imán Abdelwahab Houzi firmaron un protocolo para trasladar el templo de la calle Nord a un solar del polígono e incluso se presentó un anteproyecto de mezquita, pero cuatro años más tarde el ayuntamiento rescindió la concesión de los terrenos por reiterados incumplimientos al no construirla.

Otro intento frustrado de ubicar una gran mezquita fue en una finca junto al Pont de Pardinyes que el año pasado adquirió la comunidad musulmana, pero el consistorio concluyó que no era viable porque está en zona inundable y no se puede urbanizar.

Rezo adelantado para no romper el toque de queda

La Paeria indicó ayer que ha recibido la petición de la asociación Watani para la Libertad y la Justicia para poder rezar más allá del toque de queda de las 22.00 horas durante el Ramadán y apuntó que las medidas por la pandemia “son iguales para todos”. La comunidad musulmana que reza en el Palau de Vidre no está de acuerdo con esta solicitud y su portavoz afirma que desde hace un mes han adelantado el último rezo de las 21.45 a las 20.30 para cumplir la restricción nocturna.

La asociación Atlas también rechaza la petición. Por otra parte, recientemente se ha constituido la plataforma Integra Lleida, que aglutina a 17 entidades, y uno de sus objetivos es precisamente suavizar la ordenanza de locales de culto, así como disponer de un cementerio musulmán.

También quieren crear una bolsa de trabajo para familias golpeadas por la pandemia y otra de pisos de alquiler para colectivos rechazados durante la campaña agraria.

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