El presunto atracador tiroteó a un expolicía de Lleida por 18.000 euros

El juez de guardia decretó ayer el ingreso preventivo en prisión sin fianza para Dino Marcelo Miller Martínez, de 51 años, que fue detenido el viernes como presunto autor de los dos atracos a punta de pistola en supermercados de la Zona Alta y Pardinyes. El Ministerio Público solicitó su ingreso en la cárcel por el elevado riesgo de reiteración delictiva como principal argumento.

De hecho, Miller era considerado como una “persona excarcelada de alto riesgo” y Fiscalía ya pidió a los Mossos que le hicieran seguimiento cuando a mediados de diciembre salió en libertad tras cumplir 20 años de la condena de más de 60 por dos asesinatos, uno de ellos de un policía, y el intento de asesinato de un exagente leridano, José Giralt, de Alpicat. .

A Dino Marcelo Miller se le considera una persona con una conducta muy violenta y que ha matado por dinero. De hecho, Miller confesó que en 1998 cobró 18.000 euros y cien gramos de cocaína por matar al expolicía leridano Josep Gilart en su bar de Barcelona.

Cayó tras descubrir un análisis de balística que el arma con la que se tiroteó a Gilart fue la misma que Miller usó en un atraco y con la que mató a un policía. El periodista Carlos Quílez lo publicó en su libro Atracadores.

Gilart, originario de Alpicat, fue acusado de un doble crimen en el bar Snoopy de Barcelona. Miler entró en el bar de Gilart y le preguntó si tenía tabaco.

Cuando éste agachó la cabeza, “le metí un taponazo (tiro). Cayó como un saco de patatas.

Yo pensaba que me iba a costar más, te lo juro. Le dejé allí retorciéndose”.

Lo dejó tetrapléjico y murió en agosto del 2000. .

Durante las dos décadas que ha estado encarcelado se le ha considerado uno de los presos más peligrosos

Miler ha sido calificado como uno de los presos más peligrosos de Catalunya en estos poco más de 20 años que ha estado encarcelado y se sabía que no estaba rehabilitado. Lo ha vuelto a demostrar presuntamente con los dos atracos en los supermercados de Prat de la Riba y Jeroni Pujades, ambos avanzados por SEGRE. En las imágenes se le puede ver cómo apunta con la pistola, que era simulada, a los empleados y a los clientes y no duda en golpearlos para llevarse el botín de 1.400 euros.