La Covid dispara las atenciones de salud mental a menores y a personas solas

El confinamiento, los cambios en la rutina y la poca interacción social causados por la Covid han aumentado hasta un 60% las visitas de menores a urgencias de salud mental y en un 40% las atenciones a personas que viven solas en Lleida.

Durante este año. un total de 151 menores de entre 7 y 18 años, han acudido al servicio de urgencias de salud mental del hospital Santa Maria.

“Antes había una media de 12 visitas diarias, pero en los últimos meses están llegando a picos de 20 al día”, afirmó el director de centro del Santa Maria, Guifré Palau, que señaló que “el confinamiento ha aumentado los trastornos conductuales por los cambios en su rutina”. Y es que muchos menores han tenido que aislarse hasta cuatro veces por un positivo en su grupo escolar.

“Esto les causa depresiones porque su rutina no para de descompensarse, además de que no pueden ver a sus abuelos, familia y amigos”. En caso de que sea necesario un seguimiento, lo hace el Centro de Salud Mental de Sant Joan de Déu, pero si su situación es grave ingresa en una unidad del Santa Maria.

“Tenemos 12 plazas y siempre están llenas, pero ahora más de la mitad de los menores tienen trastornos en su conducta y pueden permanecer unos tres meses ingresados, ya que no se soluciona con medicación”. 

Especialistas “han ido a buscar” a 250 personas que tienen miedo salir, mientras que antes eran 180

Por otro lado, Palau explicó que ahora tienen “el reto” de ir a buscar a sus domicilios a personas con patologías mentales que viven solas y tienen miedo a salir. Antes de la pandemia atendían a 180 y ahora son más de 250. “Psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales se desplazan a sus domicilios para que acudan al centro sanitario para evitar que empeoren”. A algunas personas ya se les controlaba, pero se desvincularon de la comunidad, mientras que los nuevos usuarios los detectan, por ejemplo, los servicios sociales.

Más autolesiones y trastornos como la anorexia entre niños en Lleida

El aumento de las visitas urgentes en la unidad de salud mental del Santa Maria solo es una muestra de las consecuencias de la pandemia entre los más jóvenes. Tal como publicó este diario, se ha doblado el número de niños y adolescentes de Lleida que intentan autolesionarse o presentan trastornos alimentarios graves.

Según el Hospital Sant Joan de Déu de Lleida, este tipo de conductas se detectan en edades cada vez más tempranas y afectan sobre todo a adolescentes de entre 12 y 18 años. La mayoría son pacientes nuevos que presentan trastornos depresivos graves.

Además, el hospital ha detectado un incremento de adolescentes que empezaron a tener pérdidas de peso (12-15 kilos) con problemas cardíacos e hipertensión. Según los psicólogos, a causa del confinamiento, algunos jóvenes pasaron a hacer dos horas diarias de deporte y restringieron el consumo de alimentos , lo que muchos padres lo confundieron con conductas saludables.

En 2020, hubo 5.000 peticiones de ayuda por anorexia, el doble que en 2019.

Los ambulatorios atenderán más casos de depresión, ansiedad y fobias

El departamento de Salud quiere potenciar la asistencia sanitaria de patologías leves de salud mental, como principios de depresión, ansiedad y fobias que han ido a al alza por la pandemia y a partir de ahora, los médicos de familia tendrán conocimientos para atender estas personas con la ayuda de expertos. De hecho, en Lleida el sistema sanitario atendió en 2020 a más de 250 personas a través de 853 visitas y este año ya hay 79 nuevos usuarios y 473 visitas a través del dispositivo “atención emocional por los efectos del confinamiento”.

Paralelamente, se atiende a los pacientes que han sufrido la Covid y tienen secuelas como la poca capacidad de concentración y dolor de cabeza que les causa dificultades para trabajar y les afecta psicológicamente. “Ante el aumento de la demanda, hemos reforzado el programa de apoyo a la Primaria para que sus profesionales atiendan estas patologías, que representan el 40% de la actividad de la salud mental, y evitar derivaciones que tensionen al hospital Santa Maria, a excepción de los casos más graves”, explicó el director del centro, Guifré Palau.

Para ello, se contratará a más expertos para que den la formación necesaria en la Primaria, como ya se hace con el resto de especialidades. Se pasará de seis a ocho psicólogos y de cuatro a seis enfermeras para trabajar con los CAP.

“La proximidad del médico de familia con su paciente ayudará a detectar y tratar estas conductas y a que la gente no tenga miedo a decir que no está bien. Hay que romper el estigma”, manifestó.Por otra parte, Palau también señaló que se mantienen las atenciones psicológicas a sanitarios por la pandemia.