LLEIDA
Contagios de riesgo para padres
La explosión de contagios de Covid entre los adolescentes y jóvenes menores de 30 años tiene en principio muy poco riesgo para su salud, porque la gran mayoría pasan la enfermedad de forma leve o asintomática, pero en cambio es un peligro para la de sus padres, a los que pueden contagiar cuando muchos de ellos solo han recibido una dosis de la vacuna y otros, ni siquiera eso.
Además, supone un riesgo para los mayores de 30 años con los que se relacionan. Así lo explican a este diario Pere Soler, coordinador del servicio de Enfermedades Infecciosas e Inmunología del área de Pedriatría del hospital Vall d’Hebron, y Magda Campins, jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología del mismo hospital, dos de los especialistas más reputados en sus respectivos ámbitos en Catalunya.
“Tanto en los niños pequeños como en los de 10 a 18 años es excepcional que haya casos graves”, afirma Soler.
Pero acto seguido avisa de que “los adolescentes de entre 12 y 17 años, que son de largo los menores con más contagios, pueden tener padres sin la pauta completa de vacunación, solo con una dosis, por lo que tienen riesgo de infectarse y de verse afectados de forma importante”. “La principal preocupación es que los jóvenes puedan contagiar a los padres, que puede ser que hayan recibido la primera dosis, pero no la segunda, o que ni siquiera se hayan vacunado, porque dentro del grupo 40 a 50 años hay un porcentaje no menospreciable de personas que aún no se han puesto la primera”, dice por su parte Campins.
Además, aunque precisa que “la mayoría de jóvenes de 15 a 29 años sufren cuadros leves, tenemos algunos de 30, de 33, 34 o 40 años sin ninguna patología de base ingresados en la UCI”..
Soler señala que en todo caso podría abordarse su vacunación para proteger al resto de la población
Sobre los adolescentes, Soler precisa que la única incógnita es la de los casos que pueda haber de Covid persistente. “Cuando discutimos si hay que vacunar a los de 14 o 15 años, el único eslabón que queda por resolver es la pregunta de si se puede asegurar que los infectados asintomáticos no tendrán complicaciones a largo plazo”. “En principio diría que no es un número suficientemente importante como para tenernos que angustiar”, concluye.
Campins alerta de que otro elemento de riesgo es que “cuantos más contagios y más circula el virus, este tiene más sustrato para reproducirse y poder producir mutaciones.
Es el gran peligro que tenemos por esta circulación descontrolada: que aparezcan mutaciones que escapen al control de las vacunas”. Soler, aunque insiste que como pediatra solo se refiere a los menores de 18 años, discrepa un tanto de esta visión.
Considera “poco probable que en los niños haya grandes mutaciones del virus, porque tienen una respuesta inmunitaria, sistémica e inmediata mucho más fuerte que el adulto”.
Por eso, cree que “es mucho más probable que las mutaciones se produzcan en países donde hay muchos adultos no vacunados que entre nuestros jóvenes”..
Por otro lado, Campins insiste en que el cierre durante 14 días del ocio nocturno “no es suficiente” para revertir el actual nivel de contagios en insiste en que hay que limitar el aforo de los grandes conciertos e imponer a sus asistentes el uso de mascarilla y mantener la distancia, porque los test de antígenos no son totalmente fiables. Asimismo, insta a los jóvenes a “ser solidarios con las personas de más edad evitando comportamientos de riesgo”. “Pueden salir y quedar con gente de su edad, pero sobre todo respetando el uso de la mascarilla y yendo enseguida a hacerse la PCR al mínimo síntoma”.
“A día de hoy, no hace falta vacunar a los menores de 16 años” “Por encima de los 16 años de edad es el grupo donde está demostrada la utilidad de la vacunación, hoy en día no hay ninguna prisa ninguna para vacunar a los de 12 a 15, ni a los que tienen alguna patología de base”.
Así lo afirma Pere Soler, que añade que, aunque las cifras son reducidas, “hay más casos de miocarditis entre adolescentes y adultos jóvenes vacunados que entre los niños y adolescentes que han sufrido la Covid”. Precisa que no es que la vacuna pueda generarles más efectos secundarios que en los adultos, sino que “cuando quieres protegerte de una cosa que a ti te da pocos problemas” puede suceder que sean peores que la enfermedad.
Para ilustrarlo, pone este ejemplo: “es como si hubiera vacuna contra el cáncer de mama y se pusiera a un hombre, porque es muy improbable que pueda sufrirlo”.
Soler reiteró que a nivel general el virus “no da ningún problema” clínico a los menores y apuntó que,en todo caso, habrá que plantearse en septiembre si es necesario vacunarles para proteger al resto de la población o reforzar la inmunidad de grupo, pero insiste que ahora la prioridad debe ser “la población adulta joven”. Soler apunta que habrá qué decidir “qué grado de tolerancia de circulación del virus aceptamos o si queremos acabar con él del todo”.
Al respecto, recuerda que la gripe causa muertes entre los mayores pero no por eso se vacuna a los niños..