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Sanidad con hipertensión
La Covid ha aplazado más de 500 operaciones en Lleida y en siete la espera supera los 200 días || La Primaria ha tenido que dejar de lado los diagnósticos precoces y el seguimiento de crónicos
La presión asistencial originada por la Covid ha provocado los CAP y los hospitales hayan tenido que centrar su atención en ella, mermando su atención a otras patologías. En Lleida, se han aplazado más de 500 operaciones y la detección precoz de enfermedades y el seguimiento a pacientes crónicos también se han visto afectados.
La pandemia de la Covid ha tensionado y alterado de forma sustancial el funcionamiento del sistema sanitario a lo largo del último año y medio, ya que ha tenido que priorizar la atención de los contagiados por el virus, aunque sin dejar de lado las patologías urgentes.
La Atención Primaria, además de arrastrar problemas de falta de personal y recursos, ha tenido que dejar en segundo plano los diagnósticos precoces y el control de los enfermos crónicos al tener que atender a los contagiados confinados, a sus contactos, a las residencias y, desde hace ocho meses, a la campaña de vacunación. Y en los hospitales, los ingresos de infectados por coronavirus tanto en planta como en la UCI ha obligado a suspender operaciones y demorar algunas pruebas.
Ahora, el gran reto es recuperar la atención pendiente. Entre Lleida y el Pirineo había 34.159 pacientes que en junio estaban en lista de espera para una consulta al especialista (16.484), una prueba diagnóstica (9.893) o una operación (7.782). En lo que respecta a las operaciones, siete superan los 200 días de espera media, entre ellas la de varices, retina o cirugía maxilofacial.
El gerente del ICS en Lleida, Ramon Sentís, afirmó que la cifra de operaciones aplazadas se mantiene entre unas 500 y 600, la misma con la que se cerró 2020, porque aunque las sucesivas olas de Covid obligaban a suspender parte de la actividad, cuando remitían se recuperaba al menos en parte. Además, han derivado intervenciones a la clínica Mi NovAliança. Afirmó que el Arnau ha mantenido al día la cirugía oncológica y la urgente. Ahora bien, admitió que operaciones de cirugía menor como cataratas o varices han “sufrido” más porque una demora no afecta tanto al paciente. Sentís detalló que en este segundo año de pandemia han concentrado la atención a la Covid en el Arnau, lo que ha permitido al hospital Santa Maria mantener la actividad quirúrgica al 100%, incluso por encima de años anteriores.
Por lo que respecta a la Primaria, manifestó que “el gran reto es ir recuperando el diagnóstico preventivo”, porque los ambulatorios han tenido que centrar su labor en la atención urgente en lugar de al seguimiento de pacientes.
“Hay que recuperar la detección precoz de enfermedades que ahora llegan a los hospitales”, insistió. Consideró que la mayoría de las visitas en Primaria y al especialista deben ser presenciales, pero apostó por “consolidar la telemedicina, con telellamadas o llamadas telefónicas para consultas de seguimiento o resultados de pruebas”. “Esta atención, siempre en un porcentaje razonable, tiene sentido mantenerla en un territorio extenso como Lleida”, concluyó.
Sentís opinó que en los primeros meses de pandemia hubo muchas personas que tenían miedo de acudir a los centros sanitarios, pero reconoció que después “es cierto que ha habido problemas de accesibilidad”, motivo por el cual decidieron ya el pasado octubre abrir el Centro de Urgencias de Atención Primaria de Prat de la Riba las 24 horas de todos los días. “Es un instrumento muy válido, que atiende picos de hasta 500 visitas al día en fines de semana y unos 300 los días laborables, aunque quizás hubiéramos tenido que hacer mayor difusión de este servicio”, señaló.
Los sindicatos denuncian que la pandemia ha hecho “explotar el déficit de recursos de personal”
Mientras, representantes sindicales de la Atención Primaria señalaron que “el déficit de recursos ha explotado ahora”. Sandra Maria, presidenta de la junta de personal, dijo que no se cubren las bajas ni las vacaciones “y nos tenemos que repartir las visitas del profesional que no está, por lo que hay que desprogramar otras”. Maria dijo también que con la campaña de vacunación, las enfermeras no han podido dedicarse a la atención al enfermo crónico y se ha diluido más en el tiempo.
En este sentido, el presidente de la junta de personal del Arnau, Jose Ángel Montañés, dijo que “acuden más pacientes a Urgencias que los que deberían, ya que vienen enfermos crónicos cuyo cuadro clínico se ha complicado al no haberse controlado en la Primaria”.
Afirmó que algunos deben ingresar, cuando se podría haber evitado llegar a este punto. También señaló que cada vez acuden más a urgencias personas con un soporte social deficitario y a las que les cuesta más ir al médico de cabecera, así como más pacientes con politraumatismos al haber aumentado el tráfico por el fin del confinamiento y el auge del turismo de proximidad, con más viajes en coche.
“Si no tienes Covid, es muy difícil conseguir que te vea el médico"
“Si no tienes Covid, es muy difícil conseguir que te vea el médico de cabecera”. Esta es la frase más recurrente entre los usuarios de los Centros de Atención Primaria (CAP) desde el inicio de la pandemia. “Llamas y llamas y cuesta mucho que cojan el teléfono. Y si vienes aquí, te dicen que el médico ya te llamará dentro de una semana para que le expliques qué te pasa. Luego te dan visita para dentro de más días y si te tiene que derivar a un especialista, ni te cuento”, explica una paciente de un CAP de la ciudad de Lleida.
Los usuarios consideran que el retraso en las visitas presenciales puede comportar que no se detecten algunas patologías, o bien que se haga más tarde de lo deseable, situación que puede repercutir en el empeoramiento de la salud de los ciudadanos. En este sentido, otro paciente destaca que las visitas telefónicas “no son lo mismo” que las presenciales y apunta que “se han dejado de hacer algunos controles que antes se hacían a menudo”. Asimismo, otra subraya que se han anulado operaciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas “y eso pasará factura”.
Otros ciudadanos lamentan la dificultad que supone sobre todo para las personas mayores tener que afrontar algunas gestiones de manera telemática. “Yo no tengo internet en casa y desde el móvil me resulta difícil. Imagínate los mayores que no tienen ni smartphone”, indica un paciente de mediana edad.
Los hay, en cambio, que se muestran más comprensivos y entienden que los sanitarios se han tenido que adaptar a las necesidades de la pandemia. “Los médicos y las enfermeras de los CAP no tienen la culpa de cómo funciona, no deciden, hacen lo que les dicen. Tienen mucho más trabajo y encima han que aguantar nuestras quejas”, destaca una mujer.
Asimismo, otros elogian que desde la aplicación La Meva Salut pueden hacer consultas con el médico o pedir la renovación del plan de medicación y defienden que habitualmente responden de forma rápida.
“Yo expliqué ayer cómo me encontraba a través de La Meva Salut y me dijeron que hoy fuera al CAP y me visitaría el doctor de urgencias”, señala un joven.
Colas en la calle
En todo caso, las colas frente a los CAP, sobre todo en algunos a ciertas horas, ya forman parte del paisaje habitual. Y es que ahora no se puede acceder libremente como antes de la pandemia. Hay que esperar a que alguien del personal salga, te pregunte por qué acudes al centro, te tome la temperatura si tu consulta es apta para hacerla de forma presencial, y después hay que hacer cola de nuevo dentro para acceder al mostrador. “Tienes que explicar aquí fuera qué te ocurre y eso atenta contar la intimidad La gente no tiene por qué oírlo y enterarse de qué te pasa”, apunta una mujer que acompaña a un familiar a una visita de urgencia.
Los ambulatorios efectúan también pruebas PCR a personas con síntomas compatibles con la Covid-19 y también administran vacunas, pero estas personas son atendidas en los módulos instalados junto a los centros.
Las visitas en los ambulatorios
Cada CAP decide cómo atiende a sus pacientes. Profesionales de la Atención Primaria explicaron que cada ambulatorio se organiza a la hora de atender a los pacientes y decide si se les visita presencial o telemáticamente. Por ejemplo, en el CAP de La Bordeta de Lleida, los sanitarios priorizan la atención presencial, aunque cada profesional lo hace como se sienta “más cómodo”. Algunos en el Onze de Setembre prefieren hacer videollamadas, mientras que otros del mismo CAP, prefieren la visita presencial. La videoconsulta, una alternativa que gusta. El médico y miembro de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitaria Eugeni Paredes asegura que la telemedicina ha sido “todo un descubrimiento”. “Muchos pacientes lo prefieren por comodidad, ya que no hace falta mascarilla y se está más relajado”. En su caso, dice que dos tercios de sus visitas son con videoconsulta, la mayoría por problemas de salud mental y emocional. “A veces atendemos a alguien mayor presencialmente y a su cuidador por videoconsulta por si no puede venir”.
Los enfermos crónicos, entre los más afectados al reducirse sus controles
Profesionales de la Atención Primaria y del Arnau de Vilanova coinciden que uno de los colectivos más afectados por los cambios provocados por la pandemia es el de los enfermos crónicos, ya que se han reducido los controles rutinarios que llevan a cabo las enfermeras.
El año pasado, prácticamente toda la atención era telemática, por lo que se dejaron de hacer pruebas a estos pacientes, como analíticas, y este año, como las enfermeras se han dedicado a vacunar, su atención también ha sido menor. “Se ha ido diluyendo en el tiempo y si la enfermera habitual está vacunando, la sustituye otra que ya tiene a sus pacientes, por lo que se acaban desprogramando visitas”, señaló la enfermera Sandra Maria, del CAP de La Bordeta, que destacó que si hay que administrar una tercera dosis de la vacuna, la atención “habitual” no podrá volver.
Por su parte, Eugeni Paredes, médico de familia del CAP Onze de Setembre, dijo que se nota la falta de enfermeras, unas profesionales “fundamentales”. “Los controles a crónicos detectan anomalías y su salud empeora si no se hacen”. Al respecto, el médico de Urgencias del Arnau Jose Ángel Montañés afirmó que “a veces ingresan estos pacientes porque llegan muy apurados –ya sea por complicaciones respiratorias, cardiopáticas o por infecciones– y esto no debería pasar”.
Montañés explicó que “cada vez acuden más a urgencias personas vulnerables que tardan más en ir al CAP porque tienen un soporte social deficitario (algunos no tienen a nadie que les controle la medicación) y, si tienen que ir al especialista, acaban llegando apurados”.
“Es un pez que se muerde la cola y un incremento de pacientes en urgencias es una carga muy grande”, sentenció. Precisamente, el ICS ve prioritario retomar el plan de atención a pacientes crónicos.