LLEIDA
«Haría pagar el tratamiento a los negacionistas ingresados»
Como experto, parece que estamos a punto de vencer la Covid-19. ¿Es así?
Está claro que la vacunación, el uso de la mascarilla y otras medidas han conllevado un gran descenso en el número de las infecciones. Esperamos que botellones y concentraciones no supongan próximos nuevos brotes. También es importante poner la tercera dosis a los mayores de 65 años. A parte de ello, hay que seguir generando conocimiento sobre el virus, si la vacunación debe ser prolongada, etcétera.
¿Se tiene que vacunar a toda la población?
Se tienen que hacer estudios sobre la seguridad pero creo firmemente que es vital para la población mayor de 18 años.
¿Le molestan los planteamientos que hacen movimientos negacionistas y antivacunas?
Hay que explicarlo bien pero es cierto que son movimientos basados en la ignorancia más absoluta y con informaciones sin base científica. Si una persona no se quiere vacunar pero acaba ingresado en el hospital por Covid, yo le haría pagar el coste del tratamiento. Es una persona que está ocupando una cama y esto impide que otras puedan ser tratadas por otras enfermedades. Además, pueden ser focos de infección. También creo que debería ser obligatoria entre el personal sanitario. Hay que proteger a la excelente sanidad pública que tenemos.
Por cierto, enhorabuena por el Premi Nacional de Recerca. ¿Qué supone para usted recibirlo?
Es un gran orgullo pero, sinceramente, tengo plena consciencia de que es una distinción para las 200 personas de mi equipo y por todos los proyectos que estamos llevando a cabo, a nivel clínico y de investigación. Hay un enorme trabajo detrás y mi función es la de cohesionar y estimular al grupo y conseguir recursos.
El galardón se le concede por su investigación de alcance internacional de más de 40 años en el campo del VIH y enfermedades relacionadas. ¿Cuándo y qué falta para poder decir que se ha erradicado el sida?
Falta mucho todavía. Es un problema de concepto. El sida sigue siendo un problema porque hay 37,7 millones de personas con el VIH de los que 1,7 son menores de 14 años. Anualmente hay 700.000 personas que mueren de enfermedades relacionadas con el sida. Cada año hay 1,5 millón de nuevas infecciones y un elevado porcentaje no tiene acceso a la terapia antirretroviral. Hay que recordar que hay 79,3 millones de personas que se han infectado y 33,6 que han fallecido. Las zonas más afectadas son África, especialmente la zona subsahariana, India y la América latina. Hay que luchar para que todos puedan ser tratados.
Uno de los problemas para investigar es la falta de financiación. ¿Sigue siendo uno de los grandes handicaps?
Catalunya tiene un gran talento en investigación. Se tiene que incrementar la financiación para que se puedan desarrollar nuevas patentes. Se ha generado mucho conocimiento gracias a la inversión.
También se critica desde el sector la fuga de talento hacia otros países. ¿Se está enderezando o en qué punto nos encontramos?
Se está enderezando con la inversión, que permite que el talento se quede aquí y que seamos competitivos. Hay que apostar por ello porque si no perdemos posibilidades.
Una de las investigadoras del IrsiCaixa es la leridana Beatriz Mothe. ¿Qué nos puede decir de ella?
La doctora Beatriz Mothe es una de las mejores investigadoras que tenemos. Fundamental en el desarrollo de los ensayos clínicos y con un gran conocimiento en la investigación de enfermedades contagiosas. Es una persona que nos aporta muchísimo.
¿Cuál debe ser el papel de las mujeres en el mundo de la ciencia y la investigación?
En el IrsiCaixa estamos al 50 por ciento y tengo que decir que las mujeres son más brillantes y tienen una mejor capacidad de trabajo. Es una lástima que se tengan que revindicar constantemente cuando tendría que ser algo normal.
“El sida, en los años 80, era una condena de muerte” El doctor Bonaventura Clotet vivió de cerca hace 40 años coincidió con el primer caso de sida descrito en España. “Recuerdo que fue un paciente que trataba el equipo del doctor Jaume Vilaseca. Me permitió entrar en una nueva enfermedad que desconocíamos”, comenta Clotet. “A partir de 1983 empezaron a llegar personas infectadas.
Era una época en que estaban estigmatizadas, había médicos que no los querían tratar porque la mayoría eran toxicómanos u homosexuales”, recuerda el director del IrsiCaixa, que señala que “se ha demostrado que la infección es básicamente por transmisión heterosexual”. Apunta que “poco a poco empezamos a saber cómo los podíamos tratar.
Tener el sida hace 4 décadas era como una condena de muerte a un año vista. En el 87 aparecieron los primeros fármacos. Hemos conseguido que se cronifique esta enfermedad”.