Una mujer con discapacidad ratifica los abusos que sufrió de su cuñado

Una mujer con discapacidad de 32 años relató ayer a la Audiencia de Lleida los abusos sexuales de los que había sido víctima presuntamente por parte de su cuñado, de 30 y vecino de la capital del Segrià, en 2019. El juicio comenzó la semana pasada y la sala reanudó hoy la vista para escuchar en directo la versión de la víctima, que declaró desde el edificio del Equipo de Atención a la Víctima acompañada por psicólogos. La mujer confirmó los hechos que ya había denunciado: que su cuñado la obligó a tener relaciones sexuales aprovechando cuando se encontraban solos en la vivienda que el acusado compartía con la hermana de la víctima.

Según la Fiscalía, también le ensañaba vídeos de carácter sexual en los que el acusado tenía relaciones con la hermana de la joven. Fue la propia víctima la que denunció los hechos después de explicarle los abusos a su psicóloga, que la acompañó a los Mossos d’Esquadra. Los psicólogos ya declararon la semana pasada que el relato de la joven era “creíble” y descartaron que pudiera fabular sobre lo ocurrido a causa de su discapacidad. También señalaron que sentía vergüenza, miedo y culpa por contar los hechos. “A ella le incomodaba, no le gustaba y le hacía daño”, señalaron en relación a los abusos denunciados.

Por su parte, el acusado negó que abusara de su cuñada y aseguró que habían mantenido relaciones sexuales consentidas. También dijo que desconocía que tuviera ninguna discapacidad.

Tras escuchar la declaración de la víctima, la Fiscalía mantuvo su petición de que condenen al acusado a una pena de 7 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual con penetración a persona con discapacidad. El Ministerio Público dio plena credibilidad a la víctima en los abusos denunciados.

Los hechos tuvieron lugar en 2019 y desde julio de 2020 el acusado tiene prohibido comunicarse y acercarse a menos de 200 metros de la víctima. Además de la pena de prisión, la Fiscalía solicita que se le imponga siete años de libertad vigilada y una orden de alejamiento y comunicación por cualquier miedo a la víctima durante 8 años una vez cumpla la condena. También que la indemnice con 3.000 euros por daños morales.