Uno de los supervivientes del bombardeo en el Liceo de Lleida: «Un hombre me metió dentro de mi edificio y así nos salvamos»
Jordi Quílez es, junto a Ramon Ortín, uno de los exalumnos del Liceu Escolar que ayer asistieron al acto conmemorativo a las víctimas del bombardeo. No puede evitar emocionarse al recordar aquel 2 de noviembre de 1937 en el que, con tan solo seis años, “las bombas me sorprendieron en la calle. Ese día solo fui a la escuela por la mañana porque por la tarde tenía que ir al médico. Cuando empezó el bombardeo, un hombre que pasaba corriendo por allí me cogió en brazos y me metió dentro del edificio de mi casa, que estaba justo al lado. Él se tiró encima mío para protegerme y los dos nos salvamos”. Recuerda que “en aquel momento llegó mi padre a casa, que estaba asustado porque se pensaba que yo había ido al colegio. Mis hermanos sí que estaban en clase, en un otra escuela de la calle Cavallers, y nos los encontrábamos por ningún lado. Resultado que unos parientes nuestros los habían recogido y se los habían llevado a una torre, para protegerlos. Más tarde me dijeron que había caído una bomba en el colegio de mis hermanos pero se salvaron porque no llegó a explotar”