ENTREVISTA CIENCIA
Joan Comella: «Creo que nuestra generación no verá la cura del Alzheimer»
Director del Institut de Recerca Vall d’Hebron y presidente de la Sociedad Española de Neurociencia
¿Usted inició su labor docente y de investigación en la UdL y después se fue a Barcelona. ¿Hay que irse de Lleida para poder hacer una gran carrera investigadora?
Seguro que hace falta irse de Lleida, otra cosa es que después vuelvas. Pero lo mismo sucede en Barcelona o en Nueva York, porque para tener una buena carrera científica también tienes que irte. Creo que como científicos debemos impregnarnos de otras formas de hacer. No es un problema de Lleida.
Así, es bueno irse, pero se puede volver y hacer investigación relevante en Lleida.
Desde luego. La UdL, en los ámbitos que conozco, es una de las universidades brillantes de España y está en una buena posición internacional. Un dato que lo avala es que en las convocatorias a nivel nacional o de La Marató logra una buena cosecha con proyectos que compiten con los de toda Catalunya y España.
La pandemia de la Covid ha comportado un “boom” de fondos para la investigación con resultados en tiempo récord. ¿Cree que será pasajero o se mantendrá?
Lo que ha pasado con la Covid demuestra varias cosas. La primera es que sin salud no hay economía.
La segunda es que ha habido un espíritu colaborativo de la ciencia a nivel mundial, por encima de países, compartiendo resultados y estrategias. La tercera, que en un tiempo récord hemos sido capaces de encontrar una solución. Es un ejemplo muy claro de cómo la ciencia y la técnica solucionan los problemas de la humanidad.
Creo que la población está más concienciada que los gobiernos de que la salud deber ser una prioridad. Sería una miopía que esta ola de sensibilización y de éxito dentro de la desgracia de la Covid quedara en nada. La ciencia soluciona problemas y ahora se ha demostrado.
¿En qué situación está la inversión pública y privada en investigación en Catalunya y España?
Tras la crisis del 2008 en los presupuestos del Estado hubo una reducción de casi el 50%. Con el actual Gobierno comenzó a remontar y ahora hay una fortísima inversión a través de los fondos europeos. Sin este dinero el crecimiento es claramente insuficiente.
Otra cosa es que con cantidades de dinero pequeñas hacemos buena ciencia, porque España ocupa posiciones delanteras, pero al transformar este conocimiento en riqueza, somos un desastre.
¿Falta colaboración empresarial?
Colaboración y creación de empresas en base a este conocimiento. En el indicador de innovación europeo, España está en la cola.
Aparte de potenciar la investigación, hacen falta políticas de transferencia del conocimiento para crear riqueza. Que las empresas sean innovadoras, que las administraciones las acompañen y que las instituciones donde se hace investigación tengan incentivos para crear empresas.
Usted dirige un equipo que analiza el control de supervivencia y muerte celular en el sistema nervioso, enfocado en el Alzheimer. ¿Cuáles son sus objetivos?
Todos perdemos neuronas a lo largo de la vida, y esto no suele ser un problema, pero cuando son del mismo tipo y con una función concreta, causa enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. Desde hace más de 30 años estudiamos por qué estas neuronas se mueren de forma selectiva. Ahora queremos entender cómo el proceso de inflamación en el cerebro contribuye a la neurodegeneración y cómo podríamos tener mecanismos para prevenir esta inflamación o sus consecuencias.
Por lo que veo, no se acaba de conocer la causa del Alzheimer.
El drama es que no tenemos una hipótesis creíble. Necesitamos mas tiempo y recursos, no hay atajos. Lo hemos aprendido con el cáncer, en el que ha habido un avance extraordinario, especialmente en el de mama, ya que muchas mujeres que lo sufren no mueren y la previsión es que dentro de 15 años casi no morirá ninguna. En las enfermedades neurodegenerativas estamos como hace 20 años en el cáncer.
¿Es optimista sobre que habrá un tratamiento?
Soy optimista, pero hay que ser realista. Pensar que el Alzheimer tendrá cura, que te dan un tratamiento y dejas de tenerlo, creo que nuestra generación no lo verá. Podemos aspirar a tratamientos que lo paren o permitan una calidad de vida suficiente, como pasa con la diabetes. En nuestra generación, lo que hemos de buscar es la cronificación, como mucho.
Una gran dificultad para tratar estas enfermedades es que, cuando dan síntomas, probablemente llevan 20 años de evolución. Dan la cara cuando hay pérdida de neuronas, en una fase muy final. Para ir bien deberíamos buscar tratamientos que evitasen este deterioro. No quiero ser pesimista, pero ahora tenemos pocas cosas para poder hacer que sabemos que funcionan.