El mercadillo de Juneda llega a 120 paradas y atrae cada domingo a más de 3.000 visitantes

Con más de 120 paradas y cerca de 1.040 metros de mercadillo, Juneda se ha convertido desde hace unas semanas en el lugar a visitar por curiosos y aficionados a los productos antiguos y de segunda mano. Tras la decisión del ayuntamiento de Arbeca de no mantener su rastrillo muchos de sus vendedores decidieron desplazarse hasta Juneda para seguir desarrollando su actividad. “Antes el mercadillo se hacía en las dos localidades, pero cuando desde el ayuntamiento de Arbeca anunciaron que no seguirían haciéndolo, nosotros consideramos que debíamos mantenerlo porque creemos que no puede perderse una actividad de este tipo que existe en todos los pueblos y comarcas de Lleida”, explicó a SEGRE Antoni Villas, alcalde de Juneda.

En los últimos meses al mercado habitual, de productos de segunda mano y antigüedades, se han añadido otras pequeñas tiendas en las que se pueden encontrar desde mantas o cortinas usadas hasta productos de higiene personal o muebles para casas. Un hecho que, según Villas, “es debido a la necesidad de la pandemia”. Este tipo de mercado ha generado cierto debate sobre el origen de los productos vendidos, algo a lo que el alcalde quiso restar importancia afirmando que, “por ahora los Mossos no han requerido ningún producto.

Aun así la posibilidad de que alguna pieza tenga un origen sospechoso no es cero, pero es muy raro, viendo el valor de mercado que tienen la mayoría de los productos que ofrecen en esta zona del rastrillo”. El mercado se ubica en una zona municipal prevista para la construcción de edificios, aunque sin un proyecto redactado para ello. Por ese motivo desde el consistorio se cobra una pequeña tasa a los paradistas, aunque el ayuntamiento no se hace cargo de la organización, del control de vendedores ni de el género vendido.

“De eso se encarga una empresa privada, que sigue la normativa que nosotros le marcamos para registrar e identificar a todos los vendedores”, explicó el alcalde de Juneda. Si tuviéramos que hacernos cargo desde el ayuntamiento el coste de personal sería muy alto y no podríamos mantenerlo”, añadió. Las tres zonas habilitadas para aparcar, de 2.000 metros cuadrados cada una, están completas desde las 9 de la mañana, un sinónimo de un aumento en el número de visitantes, y posibles compradores, que los propios comerciantes afirman haber notado.

“Sí que es verdad que hay más gente que viene a ver las tiendas, pero también hay más comercios con productos similares y eso hace que las ventas no suban si no que en algunos casos incluso hemos notado que bajaban”, comentaron algunos vendedores.Junto al de Juneda ayer también se celebró el rastrillo de Lleida, ubicado en la Rambla Ferran, en el que hubo 26 paradas de antigüedades, música y artículos de segunda mano y 17 puestos de artesanía.