EDUCACIÓN NORMATIVA
Docentes de Lleida advierten de los 'peligros' de la nueva normativa que deja pasar a Bachillerato con un suspenso
El fin a la recuperación a la ESO, mejor vista que sonar el título de Bachillerato con un suspenso, aunque algunos que critican todos los cambios
El Gobierno central aprobó el martes pasado los nuevos criterios de evaluación que permiten a los alumnos obtener el título de la ESO con varios suspensos, suprimen los exámenes de recuperación de en junio y en septiembre en esta etapa y posibilitan obtener el título de Bachillerato con una materia suspendida. Una decisión que ha generado polémica y que deja en manos del equipo docente la decisión de si un alumno pasa o no de curso o consiga la titulación “sin que pueda quedar acondicionada por el número de materias no superadas”.
“Que los profesores decidan si un alumno paso de curso a la ESO es una cosa que ya se hacía antes y no creo que eso suponga una disminución en la exigencia que se pide”, explica al director de un instituto público de Lérida. Otros dos directores lo corroboran, y una considera que suprimir los exámenes de recuperación “es una buena idea tanto a nivel organizativo como para el alumno, ya que no veo que sea justo que se juegue todo lo que se ha aprendido en nueve meses en un solo examen, la decisión tiene que ser mirando como ha sido su progresión y de manera colegiada”.
No obstante, los directores no opinan lo mismo sobre otorgar la titulación de Bachillerato con un suspenso. “Me preocupa que se pueda difundir la comodidad entre los alumnos, porque alguno puede llegar a pensar en dar por perdida una asignatura justo|nada más empezar y creo que eso pasará”, lamenta uno, y otra añade que “tenemos que vigilar que el alumno no tire una asignatura porque sí y concienciarlo de que después puede repercutirle en la nota para entrar a la carrera que quiere hacer, pero me parece bien que se le mantenga la asignatura como suspendida, ya que antes se le ponía un 5 con asterisco y eso no era justo para los alumnos que se esforzaban”.
En cambio, la directora de un centro concertado critica las nuevas medidas. “Aplicamos políticas que estaban de moda hace veinte años en otros países cuando estos ya dicen ahora que no les sirven”, indica. Y añade: “podemos dar el título de ESO a un alumno que escribe mal, pero eso no supondrá que sabe escribir, y aunque la estadística diga que baja el fracaso escolar, la realidad será la misma.” La decana de la facultad de Educación de la UdL, Maria Pau Cornadó, también lo censura. “Tendremos un problema de país, con jóvenes poco preparados y un deterioro de la cultura del esfuerzo”, afirma.
Además, destaca que las facultades y el Gobierno ya han decidido mantener las pruebas de nivel de catalán, castellano y matemáticas para acceder a esta carrera, que forma futuros maestros. Por su lado, la presidenta de las Asociaciones Federadas de Familias de Alumnos de Cataluña (Affac), Belén Tascón, cree que “no tiene sentido que un alumno se lo juegue todo en un examen y nos parecen bien los cambios”. Insta al Gobierno a no quedarse aquí, ya que “este tiene que ser el primer paso para cambiar el sistema educativo actual, que se ha visto que no funciona, y adaptarlo a las necesidades y aptitudes de cada alumno”.
Los repetidores caen a la tercera parte en 10 años
Los alumnos que repiten curso siempre han sido una minoría, pero en los últimos años la cifra no ha parado de bajar hasta el punto que a la Educación Secundaria Obligatoria ahora son dos tercios menos que hace diez años. Así lo muestran los datos del departamento de Educación, que constatan que el curso 2010/11 en Lleida hubo 1.238 repetidores de un total de 15.283 alumnos a la ESO, dato que supone un 8,1 por ciento. En el siguiente representaron el 8,8 por ciento, mientras que en el curso 2020/21 fueron sólo un 2,79 por ciento, 505 de un total de 18.065 matriculados, después de que en el del 2019/20 el porcentaje ya hubiera bajado al 4,6 por ciento.
Por cursos, tercero de la ESO ha sido siempre el que más repetidores tenía, con un 4,39 por ciento el año pasado. Los repetidores también han bajado, aunque no tanto, en Bachillerato. El 2010/11 fueron 352 de 4.641 alumnos en Lérida, el 7,5%, y el curso 2011/12 repitieron 311 de 4.613 estudiantes, un 6,7%.
Por otra parte, el 2020/21 hubo 256 repetidores, el 5,2% de los 4.835 matriculados, y en el anterior, 288, el 5,8% del total. En este sentido, los directores de instituto consultados consideran que en el día de hoy “los alumnos repetidores son una minoría y están así por casos muy concretos o especiales”. Por su parte, Tascón señala que “hacer repetir curso no hace mejorar al alumno, sino que en general lo desmotiva”.