Erasmus confinado en Austria

Es la segunda vez que volvemos a estar en un confinamiento duro por culpa del auge de casos de la Covid, aunque esta vez la experiencia es diferente, ya que estamos de Eramus en Austria.” Así explican su experiencia Maria Capilla, Judith Eroles y Judit Vidal, tres leridanas de 20 años estudiantes del grado bilingüe de Educación Primaria de la Universitat de Lleida (UdL) y que actualmente están haciendo el tercer curso con el programa Erasmus en la ciudad austríaca de Graz. En un principio, el gobierno iba a confinar entre el 22 de noviembre y el 12 de diciembre al 34% de la población que no está vacunada contra la Covid, por lo que las tres jóvenes de Lleida, El Poal y Verdú se “salvaban” al estar inmunizadas, pero finalmente, las autoridades decidieron extender esta medida a toda la población. “Cuando lo supimos, lo primero que pensamos fue que queríamos regresar a casa y muchos otros estudiantes de Erasmus lo hicieron, pero cuando nos explicaron mejor cómo iba a ser el confinamiento, decidimos quedarnos”, dicen.

Además de que hacen vida social en la residencia y no les preocupa no poder ir a restaurantes o bares (que están cerrados), pueden salir a pasear. “Si un policía nos para por la calle, podemos decir que por nuestra salud mental y física necesitábamos salir y no nos dicen nada”, asegura Capilla. Además, aunque la mayoría de las clases las hacen por internet, pueden ir presencialmente a la universidad a clases de educación física o de fútbol.

Para Eroles, uno de los motivos de haber ido a Austria era aprender alemán, “y sigo yendo presencialmente a las clases de la academia a la que me he apuntado”. Los colegios tampoco están cerrados y si los padres que lo desean pueden llevar a sus hijos al centro, y algunos restaurantes están abiertos para pedir comida a domicilio. Al no ser un confinamiento tan estricto, las tres decidieron quedarse, aunque les hubiera gustado ver los típicos mercadillos de Navidad.

Además, Vidal lamenta que esta semana recibía la visita de sus padres, quienes no podrán ir, y a los que tampoco les han devuelto los billetes del vuelo.

Muchos estudiantes que estaban de Erasmus en el país han optado por volver a sus casas, explican

«Iban a venir mis padres y no les dejan, pero tampoco les devuelven el billete»

Una encuesta realizada por el instituto DYM a 1.021 personas de toda España para un grupo de 8 diarios entre los que figura SEGRE indica que el 78,5% estaría a favor de imponer restricciones a las personas que no estén vacunadas contra la Covid en caso de una reactivación de la pandemia. Mientras, el 17,1% no está de acuerdo con aplicar esta medida y el 4,4%, no contestó. La encuesta se llevó a cabo entre el 17 y el 21 de noviembre, en el inicio del auge de contagios en España, y el 91,1% aseguró estar inmunizado, el 7,6% no y el 1,3% prefirió no contestar.

Sobre a qué partido votaron en las últimas elecciones, de los que votaron al PSOE, el 93,3% estaban vacunados y el 6,7% no; al PP, el 96,1% estaban vacunados y el 3,6% no, y a los de Vox, el 82,2% sí que lo estaba y el 15,8% no, por lo que es el partido cuyos votantes están menos inmunizados. De los que votaron a UP el 92,8% estaban vacunados y el 5,7% no y el 97,4% de los votantes a Ciudadanos lo estaban, frente al 2,6% que no, por lo que votaron al partido naranja son los que tienen la tasa más alta. Más del 80% de los votantes de todos los partidos, menos de Vox, aprueban las restricciones a los no vacunados.

En el caso de la ultraderecha, lo avala el 63,9%. Estos porcentajes se repiten en el caso de que las autoridades recomendasen la tercera dosis de la vacuna contra la Covid. Sobre este último aspecto, de los que sí que están vacunados, el 86,5% sí que se pondría la tercera dosis, el 5,8% no y el 7,7% no contestó.

En cuanto al total de la muestra, los 1.021 encuestados, el 80,1% dijeron que sí que se pondrían la dosis de refuerzo, el 12,1% que no, mientras que el 7,8% no respondieron.

“El gobierno dio facilidades a los no vacunados, como PCR gratis”

Algunas de las cosas que les llamaron la atención al llegar a Austria es que la mascarilla solo era obligatoria en el transporte público, en los pasillos de la universidad y en los supermercados, mientras que casi nadie la llevaba en otros lugares. “Eso sí, tenía que ser de FFP2 o te ponían una multa”.

También les sorprendió que cada profesor se apuntara cuándo fue la última vez que cada una de ellas recibió la última dosis. “Si han pasado nueve meses, es obligatorio administrarte la vacuna de refuerzo, pero a los seis meses ya puedes hacerlo de manera opcional”, detallan. Creen que en Austria no se ha vacunado tanta gente porque se han dado facilidades a los no vacunados.

“Podían hacerse PCR o test de antígenos de forma gratuita en farmacias o en puntos habilitados, pero luego lo quitaron”. Como las tres son aspirantes a profesoras hacían prácticas en colegios y tenían que pagarse un test de antígenos y desde la semana pasada, una PCR. “Lo que también nos sorprendió es cómo los niños se hacen los test rápidos por su cuenta y también un tipo de PCR líquido con la saliva y no con excreción nasal”, señalan.