Se busca flautista de Hamelín

Las quejas vecinales por la presencia de ratas, palomas, cucarachas y mosquitos han aumentado en general desde el fin del primer confinamiento por la Covid a mediados de 2020, especialmente en lo que respecta a los roedores. Así lo constata un informe municipal, que señala como factores que favorecen la proliferación de las plagas urbanas el hecho de que los ciudadanos hagan más vida en la calles, parques y plazas tras el confinamiento, el calentamiento global o la proximidad al río y a l’Horta, entre otros. Estos animales, además de generar molestias y rechazo ciudadano, pueden transmitir enfermedades, dan sensación de suciedad, dañan el patrimonio urbano y suelen reproducirse muy rápidamente.

Unas circunstancias que la Paeria teme que pueden ir a más si no se invierten más recursos para el control de su población. Es por ello que prevé ampliar las partidas presupuestarias para el control de plagas el año que viene y para este ya reforzó el servicio de control de palomas. La peor plaga ha sido sin duda la de las ratas y ratones.

Es por la que el ayuntamiento ha recibido más quejas, triplicando incluso a las otras plagas y con especial incidencia en los barrios de Universitat, Cappont, Pardinyes y el Centro Histórico. Los principales obstáculos para controlar y reducir su población son, según la Paeria, que “tienen una gran capacidad reproductiva, son muy inteligentes y su estructura está jerarquizada para proteger a la colonia, son de costumbres fijas y cuesta mucho deshabituarlos y, además, pueden resistir venenos y otros tratamientos de control”. A su vez, el consistorio ha detectado que, durante el confinamiento, “han cambiado de lugares de nidificación y se han acercado cada vez más a las zonas residenciales en busca de comida”.A las quejas por ratas le siguen las de las palomas, también conocidas como “ratas con alas”.

Un ave cuya captura es “muy complicada” con los mecanismos de que dispone la Paeria, que tiene muchas fuentes de alimentación y gran capacidad reproductiva, ya que en cada nido ponen como mínimo dos huevos y, según el informe municipal, “pueden practicar la endogamia hasta 21 veces antes de que se muestren efectos negativos en los polluelos”. También indica que cambio climático está provocando que las palomas y las cucarachas, otra plaga que afecta a barrios como Cappont y Pardinyes, “aumenten su presencia en las ciudades de forma exponencial cada año”. Por último, los insectos voladores, especialmente mosquitos, son una plaga que cada verano afecta a los barrios más cercanos al río y a otros cursos de agua, como canales.

Los mosquitos comunes y tigre y la mosca negra son los que generan más molestias.