Pueyo pierde la cuestión de confianza y ahora hay un mes para una censura

El alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, no superó la primera cuestión de confianza en un pleno de la Paeria, que planteó vinculada al presupuesto para 2022 tras no poder aprobarlo. Ahora la oposición tiene un mes para una moción de censura que parece más que improbable. Si no la hay o no prospera, Pueyo y el presupuesto quedarán ratificados.

La primera cuestión de confianza planteada por un alcalde de Lleida tras la restauración de la democracia no prosperó en el pleno de ayer y ahora la oposición tiene un mes para presentar una moción de censura para desbancarle.

De lo contrario, tanto el alcalde, Miquel Pueyo, como el presupuesto de 2022, cuya no aprobación provocó que el Paer en Cap planteara la cuestión de confianza, quedarán ratificados automáticamente. Y es que a pesar de que el gobierno intentara en los últimos días alcanzar un acuerdo con algún grupo o edil de la oposición, no saltó la sorpresa y hubo 13 votos en contra de la confianza (PSC, PP y los 4 ediles no adscritos), 12 a favor (de ERC y Junts, en el gobierno), y dos abstenciones del Comú, que provocó esta situación inédita tras romper el acuerdo que había firmado para respaldar las cuentas. El principal obstáculo para un acuerdo fue el albergue de Pardinyes, un proyecto que el gobierno se negó a posponer y revisar, algo que criticó toda la oposición salvo el Comú.

No obstante, Pueyo anunció que ofrece negociar posibles nuevos usos con las entidades de Pardinyes. Ahora, la oposición tiene un mes para presentar una moción de censura que parece improbable, ya que para prosperar deberían pactar PSC, PP, Comú y los 4 no adscritos. Si no se presenta o no sale adelante, el alcalde quedará ratificado y las cuentas aprobadas.

Pueyo recalcó durante el debate que “no es una cuestión de confianza sobre el alcalde, sino un mecanismo legal para salir de una situación de bloqueo” del presupuesto. Recordó que firmaron un pacto con el Comú, que este grupo acabó rompiendo, y señaló que “en el mundo real, un acuerdo implica renuncias por todas las partes y el Comú se echó atrás pocas horas antes del pleno. Que los tuviéramos como socios prioritarios enfadó a los otros grupos y seguramente con razón”.

Dijo que “la ciudad no entiende el motivo de un bloqueo más partidista que político, pero Lleida no se puede frenar porque es el presupuesto que marcará su recuperación”. Es por ello que instó a todos a “mirar al futuro, porque prorrogar las cuentas sería lo más cómodo, pero también lo más cobarde”. El jefe de la oposición, el socialista Fèlix Larrosa, recordó que el gobierno lleva en tres años “5 ceses y 3 abandonos entre ediles y personal de su gabinete”.

Advirtió a Pueyo que “si no son capaces de explorar alternativas y negociar con todos punto por punto, la ciudadanía pedirá cambios y las alternativas son posibles”. Después del pleno, le pidió que dé un paso al lado y precisó que, aunque las cuentas salieran adelante, “quedarían solo aprobadas inicialmente” y si hay alegaciones deberían volver al pleno para su aprobación definitiva. La portavoz del Comú, Elena Ferre, dijo que “no ha sido fácil tomar esta decisión” (la abstención), pero insistió en que “solo somos 2 de 27” ediles, obviando que fue su ruptura del acuerdo con el gobierno la que ha llevado a esta situación.

Su homólogo del PP, Xavi Palau, instó a Pueyo a “asumir responsabilidades, porque estamos así por su incapacidad”. La edil no adscrita Maria Burrel culpó al gobierno del bloqueo y la también no adscrita Ángeles Ribes dijo que el gobierno ha perdido la confianza de todos los ciudadanos”.Por el gobierno, el líder de Junts, el teniente de alcalde Toni Postius, mostró su apoyo a Pueyo y censuró al Comú que “antes de aprobar unas cuentas ya nos acusan de incumplirlas” pero reconoció que “hay cosas que podrían haberse hecho mejor”. Y la número 2 de ERC, Jordina Freixanet admitió un exceso de confianza con el Comú y destacó que “la única vía es la del diálogo”.

Consideró que “los vetos cruzados nos han llevado a esta situación”, pero incidió en que “todos estamos condenados a entendernos”.

Luz verde al camping y al plan de usos de Les Basses por amplia mayoría

A pesar de que la cuestión de confianza centró buena parte del pleno ordinario de ayer, también se tramitaron varios proyectos. El más importante fue el plan de usos de Les Basses d’Alpicat, que servirá para rehabilitar y darle un nuevo uso a este parque que lleva varios años abandonado.

La aprobación del plan, que contempla destinar un 30% como máximo de su superficie a un camping y el resto a equipamientos deportivos y zonas verdes, contó con el apoyo de todos los grupos salvo el Comú, que votó en contra. En este sentido, el teniente de alcalde de Urbanismo, Toni Postius, precisó que lo aprobado en el pleno “permitirá que se habilite un camping y se recupere toda la zona”. A su vez, se comprometió a hacer “las comisiones de seguimiento que hagan falta” para analizar “cómo será la gestión de este camping y de los diferentes usos y equipamientos que se les pueden ir añadiendo más adelante”.

Por otro lado, también se aprobaron de forma definitiva las ordenanzas fiscales del año que viene con 14 votos a favor (ERC, Junts y Comú) y 13 en contra (PSC, PP y los cuatro ediles no adscritos), así como el nuevo Reglamento Orgànico Municipal (ROM), con 23 votos a favor, y la contratación de 15 personas que se encargarán de gestionar las ayudas de los fondos europeos. Por otro lado, la comisión de l’Aula del Teatre presentó las conclusiones de su investigación de los abusos que sufrieron varios alumnos (ver página 34) y se aprobó la moción de ERC, Junts y sus exsocios de gobierno a favor de la inmersión lingüística en catalán en la escuela y en apoyo a las aulas de acogida para alumnos recién llegados.