La Covid entra en su tercer año con los sanitarios agotados y desbordados

La séptima ola de la Covid ha vuelto a tensionar al máximo los CAP y hospitales de Lleida justo cuando la pandemia inicia su tercer año y el personal sanitario lleva ya casi dos afrontando el gran aumento de actividad que ha provocado. Los profesionales afirman estar “agotados y desbordados” y Salud admite el cansancio y más bajas por estrés.

La pandemia de la Covid entra en su tercer año en plena séptima ola en Lleida, la sexta en el resto de Catalunya, tras la irrupción de la variante ómicron justo cuando parecía estar controlada por el avance de la vacunación. Precisamente en parte gracias a esta inmunización, en general los casos son más leves.

Sin embargo, los CAP y los hospitales han vuelto a llenarse de pacientes contagiados, en un momento en que sus profesionales están agotados después de casi dos años afrontando todo el trabajo extra que supone la pandemia. “Nunca había visto tantos compañeros de baja por ansiedad, depresión y por estar sobresaturados, y hay médicos que se plantean dejar la profesión”, asegura Eugeni Paredes, facultativo del CAP Onze de Setembre. Las bajas provocan que estén todavía más desbordados teniendo en cuenta el gran aumento de la actividad.

Para dar una idea, el día de Navidad, sábado, el Centro de Urgencias de Atención Primaria en Prat de la Riba atendió a 630 pacientes, cuando lo habitual en un sábado suele ser unos 400. El problema es que no se trata de un hecho aislado, porque el domingo volvió a suceder lo mismo y en días laborables posteriores recibió a entre 400 y 500, más del doble de lo normal. “ Estamos desbordados y agotados”, afirman fuentes de este servicio.

El delegado de Salud en Lleida, Josep Pifarré, reconoce que la Covid “ha tensionado todavía más” el problema de la falta de personal. Indica que “el cansancio es muy significativo” tras dos años de “sobreesfuerzo”, y sus efectos no son solos físicos. “Si la pandemia está teniendo un impacto severo sobre la salud mental de la población, es fácil imaginar que los sanitarios, que lo están viviendo en primera línea, lo acusan de una forma más importante”, afirma.

Pifarré apunta que, aunque los motivos de las bajas laborales son confidenciales, “estoy seguro que una parte significativa” “son por causas de estrés”.El gerente del ICS en Lleida, Ramon Sentís, también admite que el personal “está muy cansado, atender la Covid exige mucho, parte de la otra actividad queda suspendida y después les has de pedir otro esfuerzo para recuperarla y no les puedes decir que esta será la última ola, porque ya ha habido muchas”. Por ello, expresa su “máximo agradecimiento” a los profesionales. Precisamente, Pifarré considera que “como sociedad hemos de reconocer el gran esfuerzo que están haciendo”.

“En estos dos años nunca han bajado la guardia, a pesar de tener que trabajar muchas más horas de la cuenta, transformar su modelo de trabajo y asumir riesgos y cargas muy significativas”, detalla. También apela a la responsabilidad de los ciudadanos para que respeten las cuarentenas y solo acudan al ambulatorio si es necesario, y recuerda que si alguien da positivo en un test hecho en casa, solo tiene que comunicarlo en lugar de acudir al CAP. Mientras, la directora de Enfermería del hospital Arnau, Pilar Ibars, cree que la ciudadanía valora más el trabajo de este colectivo.

“La pandemia nos ha hecho sufrir situaciones complicadas y nos hemos hecho más fuertes, aunque parezca que vivamos en el día de la marmota”, concluye.Y si la pandemia desgasta al personal sanitario, también perjudica a la salud pública, con múltiples operaciones y pruebas no urgentes suspendidas y un menor seguimiento de los pacientes. Pifarré precisa que “estamos trabajando duramente para recuperar actividad”, y que en 2021 se ha recuperado un 20% de la quirúrgica programada en comparación con 2020.

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