LLEIDA
El IMO, el instituto de las oportunidades
El Institut Municipal d'Ocupació lleva décadas formando y asesorando laboralmente a miles de leridanos cada año. Un ejemplo de ello es que en 2021 asesoró a 3.943 personas, otras 533 participaron en sus cursos y 838 lograron entrar en el mercado laboral. Una institución tan vital para la ciudad como, desafortunadamente, poco reconocida a veces.
Las letras gigantes de Lleida en la estación de trenes, un vívero de emprendedores y los servicios de limpieza de la canalización y Les Basses d’Alpicat. Estos tres trabajos tan diferentes uno del otro tienen un denominador común: son proyectos que ha impulsado el Institut Municipal d’Ocupació (IMO), un ente municipal que ofrece formación y asesoramiento para aprender casi cualquier oficio a todos los colectivos y edades posibles. Un ejemplo de ello es que el año pasado atendió y ofreció asesoramiento laboral a 3.943 personas, otras 533 participaron en alguno de sus cursos de formación, logró la inserción laboral de 838 a través de algunos de sus programas y otras 546 lo hicieron mediante el servicio de intermediación laboral de la Generalitat.
Unas cifras destacables, sobre todo teniendo en cuenta el contexto de pandemia, que esperan superar este año, que han arrancado con 15 proyectos de formación laboral entre los que destacan los de carpintería, soldadura, pintura o administración de empresas. La responsable de programas de ocupación del IMO, Marina Guivernau, recalca que en este instituto “gestionamos todos los temas de ocupación de la Paeria y la Generalitat en la ciudad y los programas que hagamos dependen de las subvenciones que nos ofrecen otras entidades e instituciones, como por ejemplo el Servei d’Ocupació de Catalunya”. Estos cursos se hacen a lo largo del año y lo que para Guivernau diferencia el IMO del resto de institutos de formación laboral es que “los hacemos tanto en verano como en invierno, no paramos ningún día laborable y, pese a que los programas van variando, siempre hay unos cuantos dirigidos a los jóvenes, colectivos vulnerables y mayores de 45 años.
Nuestro objetivo primordial es mejorar la formación de las personas, lo que en la mayoría de casos se traduce en una mejora de sus vidas”, dice Guivernau. El IMO tiene su sede en Pardinyes y dispone de varios equipamientos por toda la ciudad. Según detalla el concejal de Ocupación, David Melé, estos son “el vivero de empresas en Gardeny, donde emprendedores pueden impulsar sus pymes haciendo uso de las instalaciones; un centro especial de trabajo en Vallcalent, con 55 trabajadores que se encargan del mantenimiento de la jardinería y la canalización del río; y la escuela de jardinería de la calle Til·ler, con 32 alumnos de entre 14 y 21 años con complejidad especial que se encargan de cuidar del estado de Les Basses d’Alpicat”.
Pero sin duda su equipamiento más conocido es la Casa dels Oficis de Pardinyes, situada en la sede del IMO. “Ofrecemos cuatro talleres de pintura, soldadura, carpintería y construcción a 40 jóvenes de entre 16 y 30 años que son de la Mariola, el Centro Histórico y el Noguerola”, señala Guivernau. Una de las peculiaridades de estos talleres es que, además de aprender un oficio, “les hacemos tutorías personalizadas para potenciar y mejorar sus puntos fuertes y débiles”.
Melé añade que, “además de la formación teórica y práctica, se les enseña a adaptarse a las rutinas que tendría una empresa o un trabajo normal para que sean buenos profesionales y se adapten a los trabajos a los que puedan optar, por eso el horario es de 7.30 de la mañana a tres de la tarde, como una jornada laboral”. Por otro lado, el IMO también se beneficia de estos cursos, ya que “la mayoría de obras o trabajos que se hacen para renovar los edificios de sus equipamientos los llevan a cabo los propios alumnos de estos talleres, por lo que además de aprender también nos sirve para renovar nuestras instalaciones”, afirma Guivernau. El programa que sin duda tanto la responsable de proyectos del IMO como Melé consideran la “joya de la corona” es el de administración de empresas.
“Es una iniciativa que arrancamos hace 25 años en colaboración con 18 entidades de toda Catalunya y consiste básicamente en gestionar el día a día de una empresa simulada”, asegura Guivernau. Para ello, los alumnos trabajan en un aula recreada como una oficina y van rotando por cada uno de los departamentos que una empresa real tendría como administración o recursos humanos. “Este programa tiene la calificación de nivel dos de gestión administrativa”, destaca Guivernau, que añade que “cada entidad participante recrea la labor de una empresa ficticia y luego comparamos resultados. En nuestro caso gestionamos una empresa que exporta todo tipo de frutas, al ser de Lleida no podía ser de otra forma”.