BARRIOS ENTIDADES
Cincuenta años de lucha vecinal
La asociación de vecinos de Balàfia cumple medio siglo de vida en el que ha logrado la integración del barrio con el resto de la ciudad y dotarlo de servicios y equipamientos || El cubrimiento de las vías, la construcción de escuelas y la mejora del estado de sus calles son sus principales hitos
La de Balàfia es una de las asociaciones de vecinos más antiguas y de referencia de la ciudad, nacida de la unión de varias agrupaciones e impulsora de importantes actuaciones. Este año cumple medio siglo de vida y para conmemorarlo celebrarán varios actos, el primero el día 22. Su presidente, Toni Baró, y la responsable de la vocalía de la mujer y figura histórica del barrio, Isa Sáez, repasan sus orígenes y sus principales hitos.
“El primer registro de una asociación vecinal oficial fue en 1971 con la asociación Verge Blanca, la cual Isa presidió varios años. En esa época estos movimientos eran clandestinos y su meta era crear un tejido social en el barrio”, explica Baró. No obstante, de la asociación de vecinos de Balàfia “hay registros de que estaba semiactiva en 1962, pero fue finalmente en 1977 cuando se constituyó de forma oficial”, precisa Sáez.
En lo que respecta a los hitos que ha logrado la entidad, Baró destaca que “cada década había unas metas, pero sin duda el mayor logro fue el cubrimiento de las vías”. Y es que la línea ferroviaria separaba literalmente a Balàfia y Pardinyes del resto de Lleida, hasta el punto de que “los vecinos, cuando tenían que ir al centro de la ciudad, decían que iban a Lleida, como si Balàfia fuera un pueblo aparte”, recuerda. El cubrimiento se materializó entre finales de los años setenta y principios de los ochenta y Sáez dice que antes hubo “muchas movilizaciones, cortes de vías y protestas para pedirlo, la sensación era de que el barrio estaba discriminado”.
Baró añade que en los setenta “florecieron muchas entidades y asociaciones juveniles que dotaron de músculo al movimiento vecinal del barrio y nos convirtió en una referencia”.En los años 80 proliferaron las carreras populares, medias maratones, grupos excursionistas y otras actividades impulsadas por la propia asociación de vecinos. “En esa década se unificaron todas las entidades vecinales como la propia asociación, la de Verge Blanca, la del grupo Voravia y grupos juveniles”, rememora Baró. Las reivindicaciones continuaron, especialmente en el ámbito educativo, reclamando más escuelas que se materializaron al cabo de algún tiempo, ya a principios de este siglo, como la escuela “bressol”, y los colegios Països Catalans y Pinyana.
En los años noventa “el mayor logro fue la construcción del local social, un lugar de referencia y que dignifica nuestra labor” y más tarde, la asociación lideró la reforma de la plaza Roca i Lletjós, “y la plaza de les Magnòlies”, recalca Sáez, que añade que “fuimos de las primeras entidades en poner nombres de mujeres a calles, plazas y salas de reuniones”. Ahora, al cumplir 50 años, la asociación no para y sus siguientes metas son “recuperar el mercado municipal y que la escuela de Balàfia, que cerrará este curso, se destine a local social para atender a todos los colectivos, personas vulnerables y tercera edad. Aún hay mucho trabajo que hacer”, concluye Baró.
Colaboración con grupos juveniles de cara a un relevo generacional
Una de las grandes preocupaciones, no solo de la asociación de Balàfia, sino de todas las entidades vecinales de la ciudad, es la dificultad de garantizar un relevo generacional. Baró reconoce que “la participación de la juventud es difícil porque es cierto que tienen facilidades, pero también muchas complicaciones a nivel laboral o personal y, además, la mayoría de mejoras urbanísticas ya se han hecho y hay pocas reivindicaciones tan básicas como antes”. Por ello, la asociación ha empezado a establecer sinergias con colectivos juveniles para atraerlos al mundo vecinal.
“Es un problema que nos preocupa bastante y es difícil, pero si el movimiento vecinal no funciona, seguro que aparecerán otros métodos de participación”, indica Baró.