La mitad de los accidentes en las carreteras del llano de Lleida son por este motivo

Casi la mitad de los accidentes contabilizados el año pasado en las carreteras del llano de Lleida estuvieron provocados por la irrupción de jabalíes, corzos y buitres en la vía, un problema que también afecta a l’Horta de Lleida, donde la proliferación de fauna salvaje interfiere además en la actividad agraria de la zona. El año pasado hubo 1.246 accidentes en las vías de toda la provincia. Este fue uno de los puntos que se trataron ayer durante la Junta Local de Seguridad de Lleida presidida por el alcalde Miquel Pueyo, quien apuntó que ha encargado al concejal de L’Horta y a los técnicos del área de Seguridad Ciudadana que organicen una reunión con Rurales para abordar esta cuestión.

También se puso de relieve que el año pasado, en comparación con el 2019, año prepandemia, hubo un incremento del 1,5% de las infracciones penales en la ciudad, especialmente las relacionadas con el ocio nocturno, la seguridad viaria y la seguridad pública, aunque hubo una reducción de delitos contra el patrimonio (-1%), robos con fuerza (-14,1%) y robos violentos (-11,9%). En cuanto a los hurtos, se pasó de los 3.272 de la prepandemia a los 3.293 del año pasado. Ante estas cifras, el alcalde aseguró que “Lleida continúa siendo una ciudad tranquila y segura”, al mismo tiempo que aplaudió la labor llevada a cabo por la Guardia Urbana, que ha efectuado un 72% más de denuncias relacionadas con perros, un 26% más de actuaciones por molestias vecinales, un 107% más por actividades sin licencia y un 111% más de denuncias por consumo de alcohol en la calle.

Incidió también en la lucha contra los vertidos ilegales en L’Horta, que se tradujo el año pasado en 21 actuaciones. En cuanto a los accidentes de tráfico en la capital del Segrià, en comparación con 2019 se produjo un descenso tanto de los siniestros como de los heridos, aunque se mantiene la tendencia al alza de los accidentes con patinetes implicados. También se repasaron actuaciones de la Paeria como el Pla estratègic de Convivència i Civisme 2022-2025.